Un mundo increible

Es emocionante vivir en el siglo en el que lo hacemos. Casi a diario aparecen nuevos descubrimientos en medicina que nos acercan más hasta la cura de una enfermedad y las nuevas tecnologías avanzan tanto que hay innovaciones todos los meses. Hace dos años le diagnosticaron la enfermedad del Párkinson a mi abuelo y hoy en día, gracias al tratamiento del Párkinson que está siguiendo en Barcelona, no farmacológico, podemos decir que su enfermedad no ha degenerado su calidad de vida.

En serio, no lo digo por decir, me resulta realmente emocionante encender el televisor o abrir el periódico y encontrar, en las noticias, la creación de algo nuevo, el descubrimiento den una cura o el avance contra una enfermedad, o la innovación en cualquier aparato o herramienta.

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Ahora han descubierto un gen que previene la enfermedad de Párkinson y la demencia y hace poco todos los medios de comunicación hacían eco del paso de gigante que daba el Hospital General de Alicante al investigar a nivel mundial sobre el tratamiento postoperatorio en base a características genéticas de las células en cáncer de pulmón y demostrar que con dicho tratamiento aumentan un 14% la supervivencia de los enfermos. Puede parecer poco, un 14%, pero la realidad es que eso es mucho para quien sufre está enfermedad y puede estar entre los afortunados.

Pero eso no es todo. Hace poco las personas con movilidad reducida no podían apenas salir de casa y ahora, gracias a las innovaciones ortopédicas, puedes hacer una vida casi normal ¡Hasta existen scooters eléctricas para minusválidos!  ¿Y en lo referente a los móviles y los ordenadores? Hace diez años llevábamos ladrillos con antenas y creíamos que éramos súper afortunados al poder tener un teléfono móvil y tan sólo una década después ese teléfono portátil se ha convertido en un mini ordenador a través del cual podemos entrar en Internet, hablar por mensajes de texto, intercambiar imágenes y casi cualquier cosa que podamos imaginar.

Sin embargo mucha juventud no se da cuenta de estas cosas, ni muchos adultos, sólo las personas muy mayores se percatan de cómo han cambiado las cosas en tan pequeño espacio de tiempo porque ellas saben que cuando eran jóvenes jugaban en las calles que no estaban ni asfaltadas, no tenían ordenadores, ni tablets, ni teléfonos  en casa y tampoco tenían la mitad de adelantos médicos que hay ahora.  Antes, cuando alguien fallecía y no se sabía muy bien por qué, decían eso de “se ha muerto porque se tenía que morir” y quedaban satisfechos con esa respuesta, pero ahora ya no, ahora necesitamos saber las causas y qué las propiciaron porque hay algo en nuestras cabezas que no se va a quedar tranquilo hasta que sepa que hicimos todo lo que pudimos por ayudar a esa persona que se nos acaba de ir.

Sea como sea voy a acabar este post con una frase que leí no hace mucho: cuida tu planeta porque él te está haciendo regalos todos los días.