Con la llegada de la tercera edad aumentan las probabilidades de sufrir algún tipo de deterioro cognitivo. Sin embargo, esto depende de los hábitos de vida y el proceso de envejecimiento de las personas.
El deterioro cognitivo, un problema común desde temprana edad
Un reciente estudio realizado por el Centro de Salud Pública de Francia y la Universidad de Lóndres explica que el deterioro cerebral comienza mucho antes de lo que se creía: a los 45 años. Esto quiere decir que si ya has llegado de esa edad y aún te sientas joven, la verdad es que tu cerebro si ha comenzado a envejecer y con el tiempo irá mostrando signos de deterioro cognitivo leve que a su vez, se podrían convertir en algún tipo de demencia.
Estos resultados son importantes porque hasta hace poco sólo se incluían a personas mayores de 60 años en este tipo de estudios. Pero en este estudio en particular, se hizo un seguimiento a más de 7.000 personas, entre 45 y 70 años, durante 10 años. Así, se logró demostrar que es a partir de los 45 años que el cerebro empieza su proceso de deterioro, afectando las funciones de la memoria, comprensión, la escritura y el razonamiento. Además, este estudio demostró los menores de 50 años llegaron a empeorar sus capacidades en un 3,6%, mientras que los de 65 y 70 años empeoraron en hasta un 9,6%.
Causas del deterioro cognitivo
Aunque aún no se sabe con seguridad cuáles son las causas de la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo, los expertos sospechan que los factores ambientales y genéticos son elementos clave en la evolución de la enfermedad.
La pérdida de la memoria y el deterioro cognitivo también suelen estar relacionados con el proceso de envejecimiento de las personas; sin embargo, no todos los ancianos pierden sus capacidades mentales. Incluso, puede pasar que el deterioro cognitivo se presente en edades jóvenes.
Los expertos explican que la pérdida de la memoria podría darse debido a los cambios a nivel físico, psicológico y social que se producen en el organismo de las personas. De hecho, en muchas ocasiones estas circunstancias son inamovibles e irreversibles, pero siempre se pueden tomar medidas a lo largo de nuestras vidas para evitar o retrasar el deterioro de nuestras capacidades y la evolución de la pérdida de memoria.
Por ejemplo, se recomienda mantener una rutina saludable, mantener una actividad física y mental activa y consultar a su médico de confianza al notar los primeros síntomas de la pérdida de memoria. Consejos que aunque son muy simples, suelen ser complicados de seguir en nuestro día a día.
Síntomas de pérdida de memoria
Algunos síntomas de la pérdida de memoria muy comunes en las personas mayores son:
- Olvidar el nombre de las personas.
- No recordar algo que acaban de hacer (por ejemplo: si han cerrado la puerta de casa con llave, si han dejado una luz encendida, por qué ha entrado en otra habitación…).
- Olvidar donde dejan las cosas.
- No recordar eventos, incluso si acaban de suceder.
- Olvidar lo que se acaba de decir, etc.
La diferencia entre un deterioro leve y la demencia
La diferencia entre el deterioro cognitivo leve y las demencias, como por ejemplo, el alzhéimer, está en que las personas con DCL pueden continuar con sus actividades y rutinas cotidianas de forma normal mientras que en el caso de la demencia, las personas que la sufren dependen de la ayuda de los demás en su día a día. Además, en el caso de las demencias, las personas no solo pierden la memoria, sino que también llegan a perder otras de sus funciones cognitivas como el lenguaje, el control emocional, la orientación, etc.
Prevención del deterioro cognitivo
La buena noticia es que el deterioro cognitivo puede prevenirse, o al menos retrasarse, si se incluyen las siguientes recomendaciones en la rutina diaria:
Mantener una alimentación equilibrada
Debemos incluir en nuestra dieta los nutrientes básicos como los del aceite de oliva y otros alimentos ricos en grasas vegetales, las vitaminas, sales minerales y antioxidantes. También son buenas las anchoas, uvas, pasas y frutos secos.
Por ejemplo, la dieta mediterránea ayuda, ya que es una dieta sana y equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbre, aceite de oliva virgen y frutos secos.
Evitar vicios
Se recomienda evitar las drogas, el alcohol y el tabaco, ya que está demostrado que su consumo afecta la actividad cognitiva.
¿Y qué pasa con el té verde y el café?
Una investigación del Centro Nacional de Japón para la prevención del daño cerebral y vascular sugería que si tomabas regularmente té y café lograbas reducir en un 20%- 30% el riesgo de hemorragia cerebral. Sin embargo, otro estudio publicado en la revista Neurology acaba de poner esto en duda.
Controlar el riesgo cardiovascular
La diabetes, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia favorecen los accidentes de cerebro y cardiovasculares, que a su vez pueden afectar las capacidades cognitivas. Es por eso que debes seguir de forma muy rigurosa el tratamiento indicado por el médico y acudir a su consulta de forma periódica para controlar estas enfermedades y por consiguiente, el deterioro cognitivo.
Hacer ejercicio físico
Se debe mantener el hábito de la actividad física, incorporando el ejercicio a nuestra rutina diaria, como por ejemplo procurar dar un simple paseo de media hora o una hora completa todos los días. Esto no solo ayuda a mantener un buen estado físico, un buen peso y la autonomía personal, sino que también beneficia la salud cardiovascular y ayuda a prevenir accidentes cerebrales que conlleven al deterioro cognitivo.
Continuar la actividad social
Se debe intentar mantener una vida social activa y evitar caer en la rutina. Esto aleja las probabilidades de caer en el aislamiento, la soledad y la depresión. Pero también nos permite aprovechar los momentos de ocio en los que podamos desarrollar el ejercicio físico, la actividad intelectual, la capacidad de aprendizaje, etc. Todo ello ayuda a la creación de nuevas conexiones neuronales y a mantenerlas activas.
Tratar de mantener el cerebro activo
Las investigaciones demuestran que para evitar el deterioro cognitivo lo mejor que podemos hacer es no quedarnos sentados. Debemos intentar salir y movernos; es importante enfrentarse a novedades y retos e intentar aprender nuevas habilidades, lo que favorece la creación de nuevas conexiones neuronales y las mantiene activas.
Evitar la rutina y hacer siempre lo mismo
Aunque estés cansado para pensar, evita caer en rutinas monótonas. Cambia y esfuérzate por ser imaginativo e inventar cosas nuevas. Así evitarás que el exceso de trabajo convierta tu día a día en una rutina inacabable de ir del trabajo a la casa, sin tener otros disfrutes o actividades.
Aunque estés muy cansado trata de evitar actividades pasivas y repetitivas, como ver la tele. De hecho, todos sabemos que “la tele mata lentamente al cerebro”; sobre todo, porque es un ocio en el que es muy fácil caer y que nos conduce a la pasividad mental. Esto no es bueno para nuestras neuronas, así que su uso debe ser moderado.
Tener aficiones
Intenta buscar una afición como la jardinería, la lectura, la pintura, la música, el bricolage u otras similares; es una buena forma de mantener una buena actividad cerebral y cognitiva.
Pasatiempos y juegos de estrategia
Esto se refiere a ejercitar la mente, enfrentarla a retos, manteniendo la atención y desarrollando las capacidades lógicas. De hecho, Así mismo, Chie-Ming y D. Paterson de la Universidad de Singapur comprobaron que los videojuegos son efectivos si se quiere evitar el deterioro cognitivo, además de que te proporcionan momentos de interacción social si los compartes con alguien más.
No dejar la lectura.
Intenta leer el periódico (o un libro) todos los días, ya que esto ayuda a mantener una buena actividad cerebral.
Evitar el estrés y la ansiedad
Vivir situaciones de estrés es algo usual a los 40 o los 50. Este periodo conlleva mucha carga laboral, familiar, falta de tiempo para las cosas que nos gustan… por lo que debemos cuidarnos.
TetraSOD, protector contra el estrés oxidativo, explica que las personas mayores que practican técnicas de relajación para eludir el estrés y los estados de ansiedad tienen un mejor funcionamiento cognitivo.
Por ejemplo, R.S Wilson del Rush University Medical Center de Chicago, y otros muchos, han demostrado que la ansiedad continuada afecta el funcionamiento cognitivo y acelera el riesgo de padecer demencia. Así que debemos cuidar ese aspecto.
Estudios en personas de la tercera edad demostraron un mejor funcionamiento cognitivo en aquellos con más habilidades para controlar el estrés o en quienes practicaban meditación, relajación o yoga como parte de su rutina diaria.
Controla el consumo de fármacos
El uso inapropiado o contraindicado de medicamentos en adultos mayores es algo común y viene asociado a los problemas de salud. El efecto secundario de muchos de estos medicamentos representa un riesgo importante para el funcionamiento del sistema nervioso y en muchos casos, puede ocasionar problemas a nivel cognitivo.
Las artes estimulan el cerebro
Otro estudio reciente del Instituto Nacional sobre Envejecimiento de EE.UU. demuestra que el baile estimula la actividad cerebral y evita su deterioro. Además ayuda a dar rienda suelta a la creatividad, lo mismo que sucede con la pintura. La práctica de actividades artísticas trae muchos beneficios en la prevención y el tratamiento del desgaste cognitivo.
Buena actitud
Intenta mantener una postura positiva ante la vida, evitando los pensamientos obsesivos y negativos.