Me casó en septiembre de 2016 y es ahora cuando he dejado de reírme de todas esas novias que empiezan a cuidarse el año antes pretendiendo estar perfectas ese día. Me he puesto a dieta, uso cremas que jamás pensé que usaría, cuido mis uñas y mi cabello y todo por un solo día. Lo que más me está costando es el pelo porque nunca lo he cuidado y lo tengo hecho polvo así que me recomendaron unos productos de peluquería online y los estoy comprando desde hace dos meses. Por ahora van muy bien la verdad y ya he notado cambios en el brillo, el volumen y la soltura de la melena así que estoy muy contenta.
Y es que, a raíz de todo esto, me he dado cuenta de que si quieres conseguir algo de calidad a nivel de cosmética y estética te clavan bien la púa y si te vas a productos de marcas blancas pues, la verdad, es que no consigues demasiados resultados. En Pelumarket, sin embargo, ofrecen productos de calidad profesional que venden a peluquerías a clientes particulares por lo que podemos tener acceso a esos mismos productos sin que nos encarezcan el precio ye so es muy bueno, visto lo visto.
Otra cosa que estoy haciendo para cuidarme es trata mi cuerpo por dentro tanto como por fuera. Por ejemplo, ahora bebo zumo de aloe vera, infusiones antioxidantes, como más verdura y cosas así. Ese tipo de productos lo estoy comprando en Salud Atenea, también por recomendación, y también estoy muy contenta con ellos por ahora la verdad.
Personalmente no quiero hacer cuentas porque esto, a final de mes, incrementa mis gastos y ya no hablamos sólo del vestido, los zapatos, el maquillaje y todo lo que puedas comprar o planear para el día de la boda, son los gastos previos a ese día que realizas con el fin de prepararte y estar perfecta. Ahora, que mi novio no se queda atrás porque se ha comprado cremas masculinas para el cutis, after saves que le cuestan una pasta de marcas que antes ni se habría parado a mirar, se está pensando en hacerse la depilación láser en el pecho. En fin, un auténtico metrosexual se me está volviendo, y yo encantada, que conste.
También intento vigilar mi salud haciéndome análisis rutinarios y chequeos cada tres o cuatro meses porque no me gustaría que, por los nervios de la boda y el estrés, mis defensas bajaran y acabara cogiendo algún virus tonto en los días previos y no poder disfrutar plenamente de esa semana y ese día en cuestión. Puede parecer exagerado pero, al fin y al cabo, yo sólo pretendo casarme una vez así que esta locura durará poco tiempo y no pienso repetirla por lo que creo que es factible aguantar unos meses más haciendo este seguimiento y este cuidado excesivo de mi cuerpo ¿no?
Además, si nos paramos a pensarlo ¿qué de malo tiene? Nada ¿no? Pues ya está. Y a quien no le guste que no me mire.
