¿Qué es el ‘petting’?

La palabra ‘petting’ proviene del verbo en inglés ‘to pet’ que significa acariciar. Se trata de una experiencia sexual sin penetración vaginal ni anal.

Para conseguir placer la pareja puede realizar caricias, besos, roces y frotamientos. Las personas que practican ‘petting’ buscan probar diferentes formas de placer sin recurrir a la penetración.

«Puede realizarse de forma única durante una experiencia sexual o en el contexto de la misma junto con otras estimulaciones. Ninguna práctica debe ser considerada como la antesala de nada. La consideración de que una relación sexual es aquella que termina en coito ha contribuido a lo que llamamos ‘ coitocentrismo ‘ y al hecho de que para algunas personas la sexualidad gire en torno a él, pero ya es hora de que dejemos de pensar en la existencia de prácticas sexuales de primera y prácticas de segunda», explica la sexóloga Rosa Navarro.

«Se puede empezar con besos por el cuello y los brazos para después ir sumando caricias por encima de la ropa que vayan recorriendo el cuerpo de la pareja. Además se puede ir cambiando la intensidad de la estimulación desde las caricias más suaves hasta otras más firmes o incluso puede plantarse la incorporación de vibradores , masajeadores o balas vibradoras», informa Navarro.

«Entre los juguetes sexuales más utilizados desde hace ya algún tiempo, los claros reyes del mercado son los succionadores y estimuladores de clítoris. Además, todos aquellos que se pueden controlar en remoto con una aplicación, han triunfado especialmente en los tiempos de distanciamientos social obligado», informa La Vanguardia.

Hay distintos grados de ‘petting’, que varían dependiendo del nivel de contacto físico:

El grado 1: Incluye caricias, besos, abrazos y masajes por encima de la ropa. La pareja también puede estimular el cuello con plumas de masaje.

El grado 2: La pareja puede practicar caricias y también frotarse los genitales, pero con la ropa puesta.

El grado 3: Se incluye frotar los genitales de forma directa, sexo oral, masturbación, el uso de juguetes eróticos, vibradores y masajeadores de clítoris.

«Al igual que sucede con el resto de prácticas sexuales será necesario el uso de protección, ya sea usando preservativos o barreras de látex, si va a haber contacto entre los fluidos o contacto directo de los genitales», informa la sexóloga.

Muchas personas creen que se trata de una práctica más propia de las parejas jóvenes, pero el ‘petting’ es una práctica que no tiene edad. Esta práctica puede contribuir a reactivar la pasión de una pareja.

En los hombres, entre los 40 y los 70 años, puede surgir la disfunción eréctil, por lo que es un problema que causa bajo deseo sexual.

En el caso de las mujeres, la sequedad vaginal, el vaginismo y la sintomatología de la menopausia pueden hacer que el deseo sexual disminuya.

Es importante probar cosas nuevas para despertar el apetito sexual, por lo que la pareja puede recurrir a una gran variedad de juegos, disfraces, juguetes…

Además, el ‘petting’ puede resultar de gran ayuda en los casos de disfunción eréctil, eyaculación precoz, vaginismo y dispaurenia. Un 12% de las mujeres españolas padecen vaginismo.

Esta afección hace referencia a la contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina. Las mujeres que sufren vaginismo sienten una leve incomodidad o un dolor intenso en las relaciones sexuales.

El vaginismo a veces se confunde con la dispareunia. Las mujeres con vaginismo no pueden tener relaciones sexuales con penetración, pero las mujeres que sufren dispareunia pueden mantener relaciones sexuales, pero con dolor.

La psicóloga Emma Ribas, especializada en sexología, explica que esta patología también puede generar problemas al introducir tampones o a someterse a una revisión ginecológica.

El vaginismo puede tratarse con un profesional, porque si la causa es orgánica, existen tratamientos que permiten resolver el problema. Pero, si la causa es psicológica es aconsejable la terapia sexual.

Los expertos explican que muchas mujeres nunca han tenido un orgasmo porque sus parejas sufren eyaculación precoz. Se trata de una disfunción sexual que lleva a que el hombre eyacule de forma prematura durante la relación sexual.

El 90% de los casos se considera que es por ansiedad, estrés, inseguridad o depresión. Aunque también existen enfermedades que pueden ser causa de esta disfunción sexual como las infecciones de próstata o de uretra.

Esta patología también afecta al placer de las relaciones sexuales, porque un hombre con eyaculación precoz no disfruta igual en la cama que otro que no está preocupado por este problema.

Es aconsejable la ayuda profesional para saber las razones de esta disfunción sexual. Los expertos explican que los métodos que resultan más efectivos son aquellos basados en terapia cognitivo-conductual y el entrenamiento del suelo pélvico.

Los hombres que sufren esta afección también pueden combinar técnicas de relajación, prácticas motoras y terapia sexológica.