El tiempo pasa de forma inexorable y por mucho que pretendamos encapsularlo en cualquier aparato u objeto, no podemos detenerlo. Algo que a más de uno gustaría. Para otros, acelerarlo y hacer que pase rápido en según qué momentos, sería el ideal de vida. Utilizar el tiempo a nuestro gusto y antojo. Ahora hacia atrás, ahora hacia delante y, si nos interesa, detenerlo y que no pase. Por alguna razón que se escapa a nuestro entender, al ser humano le gusta o, porque no decirlo, obsesiona controlar el tiempo.
Desde que el hombre es hombre, ha tratado de medir el tiempo de alguna manera. Primero fueron los relojes de sol, después llegaron los de arena y ya con muchos siglos de historia a sus espaldas, se concibió el reloj que ahora, conocemos. Sin tantos ambages ni elementos, más sencillo y rudimentario, pero lo suficientemente preciso como para marcar las horas. El hombre consiguió meter el tiempo en un objeto y medirlo con unas agujas que giraban y giraban, señalando la hora del día en el que se encontraba. La apasionante historia de la evolución del reloj debe ser algo similar pero no exenta de matices, aunque ahora de lo que vamos a hablar es de cómo elegir y comprar un reloj en pleno siglo veintiuno, con tanta variedad y diversidad de modelos y diseños, alejados de los primeros relojes de los que no queda ni el recuerdo.
Pese a estar inmersos en la era digital que permite comprobar la hora con extrema precisión en cualquier lugar y momento, sin necesidad de disponer de un reloj (teléfonos, relojes digitales en calles, escaparates, transporte público o privado…), el reloj de pulsera, sigue tan vigente como antaño. Prácticamente nadie puede resistirse a estos maravillosos complementos. Basta con entrar en una joyería como Joyería Lorena para comprobar el amplio y selecto catálogo de relojes del que disponen. Esto solo quiere decir que el reloj no decae y sigue siendo considerado como un artículo indispensable, no solo por cuestiones prácticas, también estéticas.
Evolución que no pasa de moda
El reloj evoluciona en todos los sentidos. Aunque el boom de los relojes inteligentes ha quedado en stand by, a pesar de que siguen creando modelos con infinidad de prestaciones, son muchos los que ya no buscan el reloj inteligente para su día a día. Estos relojes son extremadamente útiles para medir el rendimiento deportivo y otra serie de aspectos relacionados con la salud y nuestro día a día, sin embargo, a nivel estético, no cumplen con todas las expectativas. La mayoría de los relojes inteligentes disponen de correas diferentes para adaptarlos al momento, pero ya no se trata de prestaciones, comprar un reloj se basa más en la belleza y elegancia que aporta que en como mide el tiempo.
No tenemos muy claro si esto es bueno o malo. A decir verdad, el reloj siempre ha sido un complemento de gran utilidad pero que ciertamente, capta la atención por su diseño. Algo que en la actualidad, no ha cambiado, sino que se ha hecho más evidente. Disponiendo de relojes capaces de medir todas tus constantes vitales, conectarse al móvil, darnos la ubicación, etc., lo lógico hubiera sido que el reloj tradicional tuviera visos de desaparecer. Sin embargo, eso no ha ocurrido y el reloj de toda la vida, sigue tan de actualidad como siempre.
Las principales marcas siguen lanzando novedades, adaptadas a los tiempos pero sin perder su esencia. Son tantos los modelos, diseños y prestaciones que ofrecen los fabricantes de relojes que cuesta discernir entre lo que es atemporal y lo que es moda. Por esta razón, hemos considerado algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un reloj, ya sea para regalar o regalarse a uno mismo.
Antes de nada, lo primero que se debe considerar y tener en cuenta es que tipo de reloj queremos. En este punto, hacemos alusión a su movimiento: mecánico, de cuarzo o automático. El mecanismo que impulsa el movimiento del reloj y hace posible medir el tiempo es algo a lo que tenemos que prestar atención. Podríamos decir que se trata del corazón del reloj y debemos asegurarnos de es el que necesitamos.
Los relojes mecánicos, son los relojes más complejos. Acaparan la atención de todo amante de los relojes. Compuestos por ruedas y engranajes perfectamente diseñados para mantener la hora, con un movimiento que procede de un resorte principal, esta pieza esencial es la responsable de que haya que darle más o menos cuerda. Para un experto, los relojes mecánicos son verdaderas obras de arte, el detalle y la artesanía representa la historia y tradición del reloj a lo largo de la historia. Estos son los relojes más elegantes, más caros y que mayor mantenimiento requieren.
En cuanto a los mecanismos de cuarzo, los modelos que disponen de este mecanismo son una buena opción, cuando el presupuesto es limitado. Estos relojes no cuentan con la compleja maquinaria de los relojes mecánicos, en su lugar llevan un pequeño cristal de cuarzo que recibe la electricidad de la batería, es decir, la pila. Este sistema es ampliamente utilizado y el que utilizan la mayoría de los relojes deportivos. Son muy precisos y no pierden segundos al cabo del día. Además, no requieren mucho mantenimientos, tan solo cambiar su pila una vez al año.
Los relojes de cuerda manual, tienen su evolución en el reloj automático. Este tipo de relojes se accionan con el balanceo de la muñeca. Solo es necesario darles cuerda cuando llevan tiempo sin usarse. Son relojes precisos y que requieren un mantenimiento adecuado para funcionar correctamente.
Estos mecanismos siguen vigentes actualmente. Es posible encontrar modelos de relojes con cualquiera de ellos, en función del presupuesto disponible y nuestras preferencias. Sabiendo el tipo de mecanismo que más se adapta a nuestros gustos, ya podemos pasar a otros aspectos relevantes para elegir el reloj que vamos a comprar.
Aspectos a tener en cuenta para comprar un reloj
A la hora de comprar un reloj, existe tal variedad que es fácil volverse loco o loca ante la oferta. Entre diseño, prestaciones, presupuesto y las preferencias personales, encontrar el reloj perfecto, puede convertirse en toda una aventura. Por esa razón, aparte de tener claro el tipo de reloj que queremos en base a su mecanismo, existen otros dos aspectos a contemplar para delimitar el campo: el diseño y el presupuesto.
Como bien sabemos, la cuestión del diseño es un aspecto subjetivo de cada persona. Esto va en función del gusto personal aunque las tendencias van marcando las modas y es fácil dejarse llevar. Por ejemplo, en los últimos tiempos, han cobrado popularidad los relojes grandes y robustos de corte deportivo. Sin embargo, los relojes denominados de vestir, o clásicos, siguen siendo más finos y llevar correa de cuero, en tanto que los deportivos, la llevan de goma o acero.
Esta decisión se basa en lo que nos atrae, aunque no hay que perder de vista el estilo de vida que llevamos y el uso que le vamos a dar al reloj. Evidentemente si tenemos un trabajo que conlleva esfuerzo físico, será mejor opción un reloj deportivo que se adapte al terreno. Por el contrario, si tenemos un trabajo en el que hay que lucir elegante, mejor uno clásico que no destaque demasiado por su tamaño.
En resumen, para gustos, los colores. Limitar la búsqueda a los modelos que más se adapten a nuestros gustos pero sin perder de vista nuestro estilo de vida. No queremos comprarnos un reloj elegante para ir a trabajar a un lugar donde corre el riesgo de sufrir daños o llevar un reloj deportivo que destaque sobre nuestra vestimenta.
Por último, hay que tener muy pero que muy en cuenta, el presupuesto. Para muchos, adquirir un reloj, constituye una inversión. De hecho hay relojes que cuestan tanto como un coche, algo que se escapa a la inmensa mayoría. Por lo tanto, si tenemos claro lo que queremos, no es necesario gastarse mucho dinero. Podemos encontrar relojes de buena calidad a partir de los cien euros o incluso menos. Lo esencial es definir el precio máximo que queremos pagar por el reloj y ceñir la búsqueda a relojes dentro de ese rango de precios.
Puesto que un reloj es algo que vamos a llevar a diario, lo mejor es elegir un modelo que nos guste y del que no nos vayamos a aburrir rápido. Que se adapte a nuestro estilo de vida y este dentro de nuestro presupuesto. Al fin y al cabo, los relojes tradicionales se han convertido en un complemento que, aunque tiene la misión de dar la hora, se luce como parte de nuestro vestuario en gran medida.
Por otro lado, si lo que te gusta es lo más moderno, la elección de un reloj inteligente puede ser todavía más complicada, pues las prestaciones que ofrecen estos relojes van más allá del tiempo. Esto nos daría para otro post, por lo que vamos a dejarlo aquí y ya continuaremos en otra ocasión. De momento, para los que buscan un reloj tradicional, tres aspectos a tener en cuenta: mecanismo, diseño y presupuesto.