Los niños pueden llegar a sentir ansiedad o estrés en la escuela por variedad de situaciones, desde problemas en casa que se ven reflejado en lo académico, hasta por ataques de bullying, altas expectativas sobre su rendimiento o desinterés por los estudios. Incluso, este problema suele ser más común de lo que se piensa.
De hecho, según datos de la Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE) llevada a cabo por el Ministerio de Sanidad, se sabe que el 0,6% de los niños en edades comprendidas de 0 a 14 años que formaron parte del estudio han sufrido episodios de ansiedad, lo cual se vuelve más común en niñas que en niños.
Asimismo, dichas cifras representan un número mayor que en años anteriores, evidenciando también que es un problema que se va volviendo cada vez más común, así como también la necesidad que hay de aprender a reconocer el problema y a tratarlo tanto en casa como en clase para ayudar a los niños a no ser víctimas de este tipo de episodios tan desagradables desde tan temprana edad y a obtener herramientas de gestión emocional que les sirvan para su desarrollo.
La situación personal, las relaciones entre los compañeros, las necesidades específicas de cada estudiante, su personalidad, el estado de ánimo, la motivación y, por supuesto, la gestión y la organización del tiempo diario de estudio y ocio son algunas de las razones que pueden desencadenar episodios de ansiedad, los cuales deben ser identificados y dirigidos por padres y profesores.
A veces se comete el error de pensar que la ansiedad y el estrés está relacionada con edades más adultas cuando en verdad se tratan de reacciones del organismo que cualquiera puede sentir siempre que se encuentre ante una situación de peligro o de demasiada exigencia. Así, terminamos experimentado nerviosismo, pánico, aceleración de la respiración y del ritmo cardíaco, entre otros síntomas.
Lo bueno es que como son reacciones fáciles de identificar, tanto profesores como padres pueden intervenir para prestar ayuda. En el caso de los profesores, existen varias formas de gestionar y ayudar al alumno víctima de la ansiedad y el estrés.
Si quieres saber como hacerlo, sigue leyendo que aquí te contamos los diferentes detonantes de la ansiedad en la etapa escolar, las diferentes formas que tienen los niños para mostrarlo y algunas recomendaciones para atacar el problema.
Tipos de ansiedad
El neurólogo y exmaestro Ken Schuster, PsyD comentó para una entrevista con Child Mind Institute que la ansiedad “tiende a cerrar el cerebro”, razón por la cual el niño víctima del sentimiento va a comenzar a tener dificultades para rendir en la escuela.
En estos caos, a veces será fácil de identificar si lo vemos nervioso, pero como hay tantos tipos de ansiedad, a veces va a sr un poco más difícil de poder darnos cuenta del problema.
Algunos de los tipos de ansiedad con los que podemos lidiar en el aula de clases son:
- Ansiedad por separación: Algunos niños se sienten mal cuando sus padres los dejan en la escuela y deben estar separados hasta el final del día.
- Ansiedad social: Le suele pasar a los niños que son extremadamente tímidos y les cuesta participar en clase y relacionarse con sus compañeros y profesores.
- Mutismo selectivo: Le sucede a aquellos niños que tienen dificultad para hablar en ciertas situaciones, como en la escuela frente al maestro.
- Ansiedad generalizada: Se da cuando los niños comienzan a preocuparse por variedad de situaciones del día a día, como el rendimiento en clases y en hacerlo todo con excelencia.
- Trastorno obsesivo-compulsivo o TOC: Este trastorno se manifiesta en personas con muchos pensamientos estresantes no deseados, los cuales se intentan aliviar por medio de rituales compulsivos como contar o lavarse las manos.
- Fobias específicas: Hay niños que desarrollan miedo excesivo e irracional hacia cosas particulares, como los animales o las tormentas.
¿Cómo identificar la ansiedad escolar?
Lo primero que hay que hacer para ayudar al niño que está siendo víctima del estrés y la ansiedad es identificarle.
Como hay diferentes tipos de ansiedad, también habrá diferentes formas de reflejarlas. Por ejemplo, un niño con ansiedad podría comenzar a tener problemas estomacales constantes, o podría caer en conducta problemática o agresivas, TDAH o incluso un trastorno del aprendizaje.
Estas son algunas formas de reconocer la ansiedad escolar:
- El niño muestra falta de atención e inquietud
Aunque tendemos a pensar en otras razones para la falta de atención en clase, la ansiedad y el estrés podrían ser la principal causa de que un niño se esté retorciendo en su asiento y no esté prestando atención.
“Algunos niños pueden parecer estar realmente enfocados en un momento determinado, pero después pueden distraerse de manera repentina, dependiendo de qué sea lo que les esté haciendo sentir ansiosos. Eso parece falta de atención, y lo es, pero está siendo desencadenada por la ansiedad”.
- Comportamiento disruptivo
La ansiedad y el estrés puede llevar al niño a car en comportamientos muy enérgicos, para calmar su preocupación , o en conductas repetitivas, como patear las sillas repetidamente. Pero, también podemos enfrentarnos a conductas agresivas como berrinches, no seguir las reglas, iniciar peleas, huir, tirar cosas, incluso, pelear con el profesor. Esto porque si el niño está sintiéndose molesto y amenazado por la situación que le genera el estrés, y no saben como manejar este sentimiento, los exteriorizarán de esta manera.
- Problemas en algunas materias
Muchas veces, los niños que sienten ansiedad por las exigencias académicas, ya sea por sacar buenas notas o cumplir con altas expectativas por parte de sus padres o maestros, puede terminar teniendo dificultad para responder ante ciertas materias, sobre todo aquellas que consideren difíciles.
El problema aquí es que se suele confundir con algún trastorno del aprendizaje y hay que hacer una evaluación más minuciosa para poder identificar el estrés o la ansiedad. Y es que es entendible que si sus padres les están exigiendo demasiado para esta etapa o que ven con sus compañeros rinden más y mejor en una materia mientras que ellos se quedan atrás, sentarán estrés y ansiedad al pensar que no son tan buenos para algo.
- Evitan la socialización o el trabajo en equipo
Cuando la ansiedad viene dada por razones sociales, cuando el niño es muy tímido o se siete nervioso frente a la interacción con otros niños o profesores, podremos verlo evidenciado por que el niño evitará a toda costa situaciones que detonen la ansiedad. Por supuesto, este no querrá hacer una presentación en clases, pero también podría verse en cosas más sutiles como no querer ir a las clases de gimnasia, comer en la cafetería o hacer trabajo en grupos.
Muchas veces pasa que lo primero que se piensa en estos casos es que el niño se está saltando las actividades porque no les interesa, pero no debemos olvidar que a veces los niños tienden a evitar cosas que aunque quieren hacer, sienten miedo de hacerlas mal y ser juzgados en público.
Para poder identificar un caso de otro, el experto en materia recomienda al profesor pedirle que haga la actividad de forma individual. Si puede hacerla y sentirse cómodo durante la misma, es evidente que el problema es el contacto social.
Recomendaciones y técnicas
La ansiedad escolar no debe verse como un problema imposible de solucionar. Lo primero, después de identificar el problema, es demostrarle al niño que es una reacción perfectamente normal y que hay muchas formas para gestionarla.
Luego, el experto en estrategias para el manejo del aula de Preparador Oposiciones Primaria explica que el profesor debe proceder a aplicar estrategias de gestión emocional, planes personalizados de enseñanza–aprendizaje para el desarrollo de las habilidades sociales y relaciones de aula, entre otros. Además, también puede ayudar al alumno con las siguientes herramientas:
- Trabajar las relaciones interpersonales y crear un clima seguro y agradable en el aula.
- Utilizar técnicas de relajación como:
- La respiración abdominal: debemos sentarnos o tumbarnos, en silencio, con el cuerpo relajado y una mano en el abdomen, inspirar durante tres segundos hinchando la barriga. Después expirar el mismo tiempo mientras vaciamos la barriga.
- La relajación muscular: hay que sentarse, relajar el cuerpo y respirar durante unos segundos. Luego, se aprietan los músculos de la cara y se aguantan unos segundos, para después relajar y respirar. A continuación, se vuelve a apretar, pero esta vez un brazo… Se repite el proceso pasando por ambos brazos, el abdomen y las piernas.
- Posturas de yoga y meditación.
- Enseñar habilidades organizativas y de gestión del tiempo.
- Inculcar hábitos saludables a nivel físico y mental.
- Enseñar técnicas breves e individuales que el alumno pueda utilizar para afrontar momentos de fuerte ansiedad.
Cabe acotar que es muy importante que todas estas herramientas sean ofrecidas para toda la clase y no solo para los alumnos con el problema de ansiedad, ya que más bien esto lo podría hacer sentir muy diferentes, crearles vergüenza y hacerlos que sientan más ansiedad social y rechazo. Además, es imprescindible que el profesor establezca un nexo de confianza durante todo el proceso que le permita al estudiante acercarse cada vez que sienta la necesidad.