Cómo retomar la motivación estudiando una oposición

Empezar con algo nuevo siempre tiene un puto de excitación que te hace ilusionarte, pero conforme pasan los días, semanas, meses y años la excitación se reduce hasta el punto de estar totalmente desilusionado o descontento con lo que haces. Y esto es algo bastante común con las oposiciones.

Las oposiciones en España son objeto de estudio por decenas de miles de jóvenes y adultos, que o bien acaban de terminar sus estudios y quieren una plaza en el sector público, o simplemente quieren la estabilidad que proporciona el sector público. Lo cierto es que durante los años de crisis no se convocaron muchas plazas, pero actualmente hay muchas oportunidades en los diferentes cuerpos de la Administración.

La manera de preparar las oposiciones es bastante especial, pues tal y como comentaremos es un trabajo a jornada completa. Lo normal es estudiar en casa seis o cinco días y medio a la semana, e ir una o dos veces al preparador para comprobar que los conocimientos se están entendiendo correctamente.

El preparador es una parte fundamental del estudio, y estos pueden ser funcionarios en activo o retirados que conocen el contenido a la perfección, o también academias especializadas en este tipo de exámenes. Preparadores Valladolid, una de las academias de oposiciones en Valladolid más conocidas a nivel nacional por su tasa de aprobados,nos han dado algunos consejos para retomar la motivación cuando pensamos que todo está perdido.

Estudiar es solo una parte de la preparación, conocernos a nosotros mismos la completa

Un buen amigo mío tenía la teoría durante los años en la facultad de Derecho, de que la biblioteca de la facultad era un lugar catastrófico para estudiar. Según el, estudiar allí era como ir a una casa encantada, debido a que la energía que le transmitía no le hacía sentirse a gusto. Fuese cierto o no, lo cierto es que debemos de estudiar en ambientes en los que nos encontremos a gusto, siendo estos aquellos en los que no estemos rodeados de personas que no nos apoyen, espacios que no sean funcionales o cosas que nos transmitan energía negativa.

A la hora de realizar una oposición estamos acostumbrados a estudiar solos e ir a la academia a examinarnos de manera semanal.  No todas las semanas estamos al mismo nivel, sobre todo en este tipo de oposiciones en las que el resultado se recoge en el medio/largo plazo. Por lo tanto, si fallas una semana no te desanimes ni abandones, pues la única manera de aprender es cometiendo fallos para saber en qué áreas debemos de mejorar. Además, siempre tendrás una oportunidad más para demostrar tus avances.

Esto te da una oportunidad única para estudiar teniendo en cuenta que el objetivo es aprobar, pero por encima de este el objetivo es disfrutar aprendiendo. El camino puede estar lleno de situaciones y personas que te enseñen cosas diferentes, te ayuden a valorar lo que tienes, y sobre todo que te den fuerzas para continuar.

Una de las desventajas de estudiar una oposición es que tienes que dedicarte en cuerpo y alma a la misma, y esto implica no trabajar y no tener ingresos económicos. Pero este es un motivo más para motivarse, pues estás dando un paso hacia atrás para dar dos pasos hacia delante. Esto significa que tienes la oportunidad de en un futuro trabajar de lo que estudias, algo que no todo el mundo puede hacer.

De cualquier manera, si estás desmotivado, no dudes en levantar la vista de la mesa y hacer un parón. Rodéate de la familia y amigos en los momentos de bajón, pues ellos más que nadie puede animarte ya que te conocen y saben el esfuerzo que estás realizando. Comentar tus dudas, emociones, miedos o simplemente, escuchar alguna de sus historias te harán recobrar los ánimos para seguir.

Por último, vamos a hablar del agobio que surge cuando hay mucho que estudiar. Julio César dijo una vez aquello de divide y vencerás, pues si sigues este consejo seguro que lo consigues. Es importante dividir el trabajo según los días que tenemos para prepararlo, y teniendo en cuenta los descansos. Para ello lo más recomendable es establecer objetivos que sean posibles de conseguir, en lugar de objetivos poco realistas, que son los que te desaniman.