Cómo procesar y gestionar el duelo adecuadamente

La pérdida de un familiar cercano libera en nosotros sentimientos que nunca más experimentamos en nuestra vida, o muy raramente. Esto no tiene por qué ser necesariamente una muerte. Muchas personas viven casi con la misma intensidad una separación no deseada de su pareja o la partida de sus hijos.

En tales situaciones, es importante que permitas tus sentimientos de tristeza y no los reprimas. Porque son una reacción completamente natural y nos ayudan a superar esta fase sin mayores daños en cuerpo y alma.

En psicología, el proceso de duelo suele dividirse en cuatro fases, aunque no siempre pueden separarse estrictamente. Especialmente en la fase de aparición de sentimientos (fase 2), la reacción normal de duelo también puede manifestarse en quejas físicas y mentales.

¿Qué síntomas ocurren durante el duelo?

  • Estados de ánimo depresivos.
  • Insomnio.
  • Malestar interior.
  • Falta de concentración.
  • Falta de apetito o antojos de comida.

Procesar una pérdida es una situación extremadamente estresante para el cuerpo. Por esta razón se producen los síntomas típicos del estrés, como palpitaciones, acidez de estómago, dolores de cabeza, hipertensión arterial, asma o mareos.

¿Cuáles son las etapas del duelo?

No puedes deshacerte del dolor de perder a un ser querido en unas pocas semanas y simplemente volver a la normalidad. Para que tu alma no resulte dañada, debes darte tiempo para atravesar las fases del duelo.

Fase 1: No quiero que sea verdad

La primera fase se caracteriza por la desesperación y aún no se comprende lo sucedido. Algunos quedan petrificados aquí, otros colapsan por completo y pierden su orientación. Esta fase puede durar desde horas hasta semanas.

Fase 2: Sentimientos emergentes

Ahora, sentimientos como la ira, el miedo o incluso la culpa están aflorando a la superficie. Definitivamente no debes reprimir estos sentimientos porque te ayudarán a procesar el dolor. Si no permites que estas emociones ocurran, puede producirse depresión.

Fase 3: Reorientación

Comienza entonces la búsqueda interior de un nuevo camino sin el ser amado. Lentamente comienza de nuevo una apertura hacia el exterior. Aunque todavía hay cambios de humor, el malestar y la tristeza disminuyen un poco y el cuerpo vuelve a encontrar su ritmo.

Fase 4: Nuevo equilibrio

En la fase final del proceso de duelo surgió la confianza en el futuro. Aunque el difunto nunca será reemplazado y nunca será olvidado, ahora ha surgido una nueva confianza en el fluir de la vida.

¿Cómo puedes admitir tu tristeza?

Para quienes están en duelo, puede resultar liberador y reconfortante poder hablar sobre el difunto y tus dolorosos sentimientos. Sin embargo, si te resulta difícil hablar sobre tus sentimientos, un tipo de diario de duelo puede ser útil. Simplemente escribe lo que estás pasando y lo que te mueve.

O puedes escribir cartas al difunto, incluso si nunca las envías. Simplemente escribirlo es importante porque te ayuda a procesarlo. Si sientes que, a pesar de todos tus esfuerzos, no logras encontrar la salida del valle del duelo, definitivamente debes buscar ayuda profesional.

Los sedantes no son una solución permanente

Es fundamental que pases por las cuatro fases por completo y no te quedes en una de las tres primeras fases del duelo. Los síntomas enumerados fácilmente cobran vida propia y se produce una depresión grave o trastornos psicosomáticos graves.

Si tienes la sensación de que ya no puedes afrontar el dolor por tí mismo, debes consultar urgentemente a tu médico, a un psicoterapeuta o a un centro de asesoramiento (por ejemplo, asesoramiento telefónico).

Sólo debes tomar medicamentos calmantes (por ejemplo, somníferos y psicotrópicos) durante las primeras dos o tres semanas después del duelo. A largo plazo, amortiguan el impacto, de modo que el necesario proceso de duelo se retrasa mucho o incluso de forma incompleta.

El dolor emocional no es más fuerte al comienzo del duelo, sino sólo después de haber superado las primeras semanas, a menudo ocupadas. Sin embargo, en esta fase de todos los tiempos, la compasión de otras personas disminuye. Por lo que debes ofrecer tu apoyo a una persona en duelo, especialmente en este momento.

¿Deberías dejar en paz a los que están en duelo?

No fuerces tu ayuda a alguien que está en duelo. Es mejor simplemente escuchar o guardar silencio juntos en lugar de tratar de encubrir la triste situación con una falsa conversación feliz. Por otro lado, como persona afectada, no debes tener miedo de buscar ayuda externa.

Sin embargo, también hay cada vez más consejeros de duelo profesionales que te apoyan con conversaciones (a veces en grupo con otros dolientes) y consejos prácticos durante estos momentos difíciles. A muchas personas también les resulta útil tener un diario al que puedan confiar sus pensamientos en cualquier momento.

Para volver a una rutina diaria normal, debes escribir un plan diario que vayas completando gradualmente con más y más tareas cotidianas. Haz arreglos para reunirte con amigos y familiares con mucha antelación, especialmente los fines de semana y días festivos.

Porque estos días suelen estar caracterizados por la soledad. La duración de la fase de duelo varía mucho de persona a persona. Como regla general, debería estar terminado después de unos tres años. Entonces, a más tardar, podrás volver a disfrutar de tu vida, libre de tristezas deprimentes.

Por supuesto, esto no significa que olvides y reprimas a la persona que amas, pero el recuerdo de ella ya no te causa dolor. Más bien predomina la alegría de haber recorrido junto a él o ella una parte particularmente hermosa del camino de la vida.

¿Cómo puede ayudar a un amigo o familiar en el duelo?

El psicólogo Carlos Ruiz León ofrece los siguientes consejos para apoyar a un ser querido en duelo:

  • No brindes consuelo falso: afirmaciones como «Lo superarás con el tiempo» no ayudan a la persona en cuestión. Es más probable que ayudes a la persona en duelo si muestras compasión y sabes escuchar.
  • Comparte su dolor y sus preocupaciones: anima a la persona en duelo a hablar sobre sus sentimientos y también a compartir recuerdos.
  • Ayuda en la vida cotidiana: ofrécete a ayudar con la cocina o las tareas cotidianas, por ejemplo.
  • No te apresures: recuperarse de una gran pérdida puede llevar mucho tiempo. Trata siempre de mantener el oído abierto.
  • Si es necesario, animar a la persona afectada a buscar ayuda profesional. El duelo que conduce a la incapacidad de afrontar la vida cotidiana requiere ayuda profesional.

Las sustancias de la naturaleza pueden ayudar

Las reacciones físicas ante la pérdida pueden variar mucho de persona a persona. Se produce insomnio y la necesidad de simplemente querer dormir. Los hábitos alimentarios también cambian. Algunas personas no tienen ningún apetito, otras intentan «devorar» su dolor.

Antes de recurrir a pastillas para dormir o antidepresivos en esta situación, definitivamente debes utilizar primero métodos naturales. Estas plantas medicinales calman tu alma:

Las preparaciones preparadas a partir de extractos de estas plantas pueden ayudarte a recuperar el equilibrio.

Es importante aceptar el momento del duelo para que tu cuerpo y tu alma no se dañen. Date tiempo para atravesar las cuatro fases del duelo, que para la mayoría de las personas duran un total de tres a cinco años. La homeopatía te proporciona un valioso apoyo .

En la primera fase de la pérdida, cuando todavía estás en una especie de estado de shock, el remedio homeopático Ignatia puede aliviar tu desesperación. Aunque el dolor no se elimina, puedes utilizar el remedio para superar el pánico inicial.

Ignatia: El mejor remedio homeopático para el duelo y el dolor mental

El dolor, el miedo y la pena se pueden tratar suavemente con el remedio homeopático Ignatia. La medicina alternativa es utilizada especialmente por mujeres de cierto tipo.

Ignatia es el remedio homeopático más eficaz para el duelo agudo. Es particularmente valiosa cuando se trata del dolor causado por la pérdida de un ser querido, ya sea por separación o muerte.

Calma y facilita el afrontamiento del duelo. También lo utilizan a menudo personas propensas a reacciones histéricas exageradas.

Pero Ignatia no sólo se utiliza para dolencias psicológicas: Ignatia también puede aliviar el sufrimiento físico. Esto lo convierte en uno de los remedios básicos para combatir el duelo en homeopatía.

¿Qué principio activo tiene el remedio homeopático Ignatia?

El remedio homeopático Ignatia se elabora a partir de las semillas maduras del Strychnos Igantii. La planta trepadora, originaria de Filipinas, lleva el nombre de Ignacio de Loyola, quien fundó la orden de los jesuitas en 1543.

Para preparar el remedio, los frijoles maduros y secos se pelan y pulverizan, luego se diluyen y se potencian.

Estos frijoles contienen estricnina, altamente tóxica, que provoca dificultad para respirar y convulsiones graves y es mortal en una dosis de sólo 30 mg. Debido a esta alta toxicidad, Ignatia requiere prescripción médica hasta la potencia D3 inclusive.