El número de detalles que podemos retocar y modificar para agrandar el confort en nuestra vivienda es tan grande que sería totalmente imposible que pudiésemos contarlos. No solo basta con tener una casa que realmente cumpla con nuestras necesidades de espacio. Muy al contrario, ese solo es el primer paso que nos garantiza una vida cómoda y confortable. El resto del camino está por andar.
En ocasiones, esos detalles de los que hablo son tan pequeños que ni nos damos cuenta de su existencia. Directamente no los valoramos. Pero son más que necesarios. Un claro ejemplo de esto podrían ser las celosías, elementos que tienen varias funciones: filtrar la cantidad de luz o aire que pasa del exterior y poder mirar desde la ventana sin ser visto son dos de ellas.
En junio de 2014 me casé con la que hoy sigue siendo mi mujer y tanto ella como yo nos independizamos. Para ello habíamos comprado previamente una pequeña casa situada en una de las mejores zonas de nuestro municipio. Teníamos un espacio amplio en todas las habitaciones, con lo que nuestro primer pensamiento (y deseo) era que en ese lugar tendríamos una tranquilidad lo suficientemente grande como para olvidar las prisas y las incomodidades del trabajo.
No obstante, más pronto que tarde nos comenzamos a dar cuenta de que no es oro todo lo que reluce. Se hizo evidente que necesitábamos incorporar algunas mejoras a la vivienda. Mejoras que no tenían nada que ver con obras o asuntos parecidos, sino más bien con la adquisición de complementos que le dieran a nuestro hogar ese pequeño empujón que le faltaba para convertirse, ya de manera plena, en una vivienda top.
Uno de los elementos en los que primero pensamos para llevar a efecto esa labor fue precisamente el de las celosías. Gracias a ellas podríamos poner a las ventanas ese filtro de luz y aire del que hablaba con anterioridad, un filtro cuya principal ventaja se manifestaría en forma de confort y comodidad para las tardes de verano.
Animados por esta clase de ideas, decidimos preguntar a algunos de nuestros mejores amigos acerca de la forma más ventajosa para conseguir unas celosías de una buena calidad y bonitas y cuyo precio no se elevara a una cifra disparatada. Ana y Moisés, que se habían casado hacía apenas unos meses antes que nosotros, ya habían encontrado una entidad que se las suministrara: se trataba de Cerámica Para Arquitectura.
La mejor de nuestras suertes
Mi mujer y yo solemos considerarnos afortunados a causa de que tenemos un trabajo y de que podemos permitirnos una casa como la que poseemos. Sin embargo, creo que una de nuestras grandes suertes fue la de dar con una empresa como Cerámica Para Arquitectura. El muchacho que se encontraba a su mando, en cuanto contactamos con él, nos explicó que podíamos plantearle un diseño completamente nuevo para las celosías. Él se encargaría de convertirlo en realidad.
Y así lo hizo. En un breve periodo de tiempo y con una calidad fuera de lo normal. Aquel muchacho calcó el tipo de celosías que queríamos y convirtió así en realidad uno de nuestros sueños. Lo hizo además a un precio que nos pareció ideal, perfecto para tenerlo en cuenta en cuanto necesitáramos sus servicios por cualquier otro motivo. Una gran ayuda y una gran suerte, qué duda cabe.
Nuestra casa es, ahora de verdad, un verdadero oasis de placer y tranquilidad. Las celosías que hemos instalado en muchas de nuestras ventanas tienen mucho que ver con ello puesto que le confieren a nuestras estancias el grado de aire y luz que deseamos especialmente para una época de verano como la actual. Además, nos permite ver hacia afuera sin ser vistos. ¿Quién dice que eso no nos puede ayudar en un momento concreto?
Muchos de nuestros familiares y amigos quedaron impresionados en cuanto acudieron a visitar nuestra casa después de la instalación de las celosías. Éstas, que también son elegantes, hacen de nuestro hogar un espacio sofisticado y adecuado para la celebración de cualquier tipo de evento.