Cada vez existe una mayor concienciación en nuestra sociedad por entender que la Tercera Edad no es más que una etapa más en el crecimiento del ser humano como lo son la niñez, la adolescencia o la adultez.
Y, como tal, se convierte en una etapa excelente para seguir con nuestro desarrollo personal, intelectual y social. Al fin y al cabo, el envejecimiento es un proceso natural del ser humano, un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable. Se producen cambios a nivel corporal, biológico, psicológico y social.
Sabía que pronto llegaría el momento en que mis padres se hicieran mayores, puede que, en mi caso, ellos aceptaran este proceso mejor que yo. Me di cuenta de lo importante que era concienciarlos de que disfrutaran de esta etapa, como otra etapa más de la vida, aceptando los cambios que conlleva.
Como psicóloga empecé a interesarme por todo lo que se estaba investigando para mejorar la salud y el bienestar de las personas que entran en esta etapa, así es como conocí la Arteterapia.
En qué consiste la Arteterapia
La Arteterapia es una profesión relativamente reciente que utiliza la creación artística como herramienta para facilitar la expresión y resolución de conflictos emocionales o psicológicos.
A través de un proceso de introspección se expresan los sentimientos, recuerdos, conflictos y, para ello, se emplea el arte como herramienta.
Digamos que el arteterapeuta actúa como un guía en este proceso creativo. La creatividad se c.onvierte así en una estupenda forma de explorar y crecer para desarrollar todo nuestro potencial.
Además de la Arteterapia también estaba muy interesada en los talleres de memoria, sabía por una amiga de la residencia Benviure, lo interesante de esta residencia geriátrica es que cuenta con profesionales multidisciplinares, los mejores en su campo y está concebida para albergar a residentes con diferentes tipos de dependencias y patologías.
Una buena amiga que trabaja en el centro me explicó algunas de sus sesiones de Talleres de Memoria y me resultaron realmente interesantes para añadirlos en mis pequeños talleres.
De hecho, empecé a aplicar mis conocimientos en Arteterapia en la estructura de algunos de los talleres de memoria dando como resultado, talleres muy interesantes.
Al principio solo lo practicaba con mis padres, ejercicios sencillos, pero al ver los buenos resultados de trabajar la creatividad y la memoria empecé a profundizar cada vez más y darles más estructura pensando en que más gente podría beneficiarse de mis hallazgos en este campo.
No tenía ninguna duda de las posibilidades del arte como herramienta para mejorar nuestra salud, y es que existen muchos componentes emocionales y psicológicos en muchas enfermedades, y el arte es una forma de canalizar y entender estas emociones.
Digamos que es un modo de auto-conocimiento, de dejar atrás bloqueos que hemos ido arrastrando y, qué mejor etapa que la vejez, con su madurez y experiencia para liberarnos de problemas no resueltos.
Es cierto que hay enfermedades como el Alzheimer para las que todavía nos queda un largo recorrido, y es que son las enfermedades de la memoria algunas de las más frecuentes y sus efectos son devastadoras.
Si bien, queda mucho trabajo por hacer para curar este tipo de enfermedades llevar a cabo actividades que pueden ayudar en su prevención entrada la edad adulta es casi una acción obligada.
Me encanta ver cómo mis padres han adoptado una actitud enormemente positiva y entienden esta etapa como lo que es, una etapa más de crecimiento, llena de posibilidades en la que tienen que esforzarse igualmente y cuidar su salud tanto física como mental.