Relación entre nutrición y salud dental.

La alimentación ejerce una influencia decisiva en la salud dental. Nos aporta los nutrientes que necesitamos en la formación y mantenimiento de una dentadura sana y fuerte. Pero sus efectos sobre nuestra boca van más allá. Profundizaremos un poco más en el asunto.

Los odontólogos de Icoa, una clínica dental puntera en asociar nutrición y odontología, ubicada en Madrid y en Las Rozas, señalan que la nutrición es un eje básico en el cuidado de la salud bucal. Afecta desde los aspectos estéticos hasta la forma en la que se efectúa la mordida y, por tanto, en el desgaste desigual de los dientes.

En determinados tratamientos dentales hay que prestar una especial atención a la nutrición. Es el caso, por ejemplo, de la colocación de implantes. En el proceso de integración del implante con la estructura maxilar del paciente, hay que llevar una alimentación rica en proteínas que favorezca la regeneración de los tejidos y la cicatrización de las heridas. Así como evitar ciertos alimentos que puedan generar una infección bajo la encía, debido a la incisión abierta para colocar el implante.

La alimentación no solo incide en determinados momentos, sino que está presente en la salud dental a lo largo de toda nuestra vida. Veamos cómo los alimentos afectan a nuestros dientes.

Alimentos que favorecen la salud dental.

La revista La Gaceta Dental señala que determinados tipos de frutas frescas y hortalizas crudas como la manzana, la sandía, la zanahoria y el apio contribuyen a eliminar placa bacteriana de los dientes y previene la aparición de caries.

Los alimentos también nos aportan vitaminas A, B, C, D y calcio, que son necesarios para conservar una dentadura y unas encías sanas. Estos son algunos grupos de alimentos que benefician nuestra salud bucal:

  1. Frutas y Verduras Crujientes: ¿Quién no ama ese sonido de crujido al morder una manzana o una zanahoria? Estos alimentos son como los cepillos naturales para tus dientes. Las frutas como las manzanas y las peras, junto con las verduras como el apio y las zanahorias, ayudan a limpiar tus dientes. Además, son ricos en fibra, lo que estimula la producción de saliva, que a su vez ayuda a neutralizar los ácidos que actúan sobre el esmalte dental.
  2. Productos Lácteos: El calcio es un aliado clave para tener dientes fuertes y saludables. Los productos lácteos como la leche, el yogur y el queso son excelentes fuentes de calcio. También contiene proteínas que fortalecen el esmalte dental. ¡Un poco de queso después de una comida no solo sabe bien, sino que también protege tus dientes!
  3. Pescado y Fuentes de Omega-3: El pescado, especialmente el salmón, es rico en ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a prevenir enfermedades de las encías. Además, el pescado es una fuente de proteína magra, lo que es beneficioso para la salud en general.
  4. Té Verde: El té verde es como un superhéroe para tus dientes. Contiene compuestos llamados catequinas que pueden inhibir el crecimiento de bacterias en la boca. Además, es menos ácido que otras bebidas, como el café, lo que reduce el riesgo de erosión del esmalte dental.
  5. Nueces y Semillas: Las nueces y las semillas, como las almendras y las semillas de chía, son ricas en minerales como el fósforo y el magnesio, que son buenos para los dientes y los huesos. Masticar estos alimentos estimula la producción de saliva y ayuda a mantener la boca limpia.

Alimentos que dañan nuestra dentadura.

Por otro lado, existen alimentos que son perniciosos para nuestros dientes. No significa que debemos eliminarnos por completo de nuestra dieta, pero sí debemos ser precavidos en su consumo.

La doctora Patricia Bratos, en un artículo publicado en el periódico digital eldiario.es los aglutina en 4 grandes grupos:

  1. Alimentos ricos en azúcares. Aquí incluiríamos los dulces, la bollería industrial, la comida precocinada y los refrescos azucarados. Son la causa más habitual de caries, ya que los azúcares que contienen estos alimentos se quedan adheridos a los dientes haciendo que las bacterias de la boca desprendan ácidos que erosionan el esmalte. Estos azúcares se pueden depositar en la base de los dientes generando sarro y produciendo infecciones en las encías como la gingivitis y la periodontitis.
  2. Alimentos ácidos. Aquí hablamos sobre todo de zumos como el zumo de limón, el zumo de naranja o los zumos industriales elaborados a base de zumos concentrados. El problema de estos cítricos es que aportan una serie de ácidos que no son naturales en nuestra boca y que actúan sobre la dentadura. Con un consumo habitual de estos zumos se va reduciendo progresivamente el grosor del esmalte, dejando a los dientes más desprotegidos respecto a otras agresiones externas. La ingesta de zumo de naranja es habitual en los desayunos de todo el mundo. La naranja recién exprimida es una fuente concentrada de vitamina C. La solución no sería eliminar esta bebida del desayuno, ya que es beneficiosa en otros aspectos de nuestra salud, pero sí deberíamos lavarnos los dientes después de desayunar para eliminar los restos de ácido que quedaran en la boca.
  3. Alimentos muy duros. Alimentos duros como los caramelos, el turrón duro o el maíz tostado pueden producir fracturas en los dientes, aparte de condicionar la oclusión de la dentadura. Hay determinados hábitos que son perjudiciales para la dentadura, como masticar un caramelo, en lugar de dejar que se deshaga en la boca, o intentar abrir un fruto seco con cáscara con los dientes, como nueces o pistachos. Estos movimientos forzosos, además de afectar a nuestros dientes, dañan la mandíbula y la articulación temporomandibular (A.T.M.) De hecho, un hábito extendido como mascar chicle es uno de los ejercicios más perniciosos que podemos practicar para nuestra mandíbula, ya que puede producir hipertrofia mandibular y tensiones en la A.T.M.
  4. Alimentos de alta coloración. Sabemos como bebidas como el café, el té y el vino tiñen el esmalte de los dientes. A eso habría que añadir ciertos frutos rojos como las frambuesas, verduras como las espinacas y el consumo de tabaco, aunque no sea un alimento. El problema de estos alimentos no es solo estético, el pigmento que deja sobre la superficie de los dientes son restos de alimento, difíciles de eliminar, que actúan como revulsivo de la placa bacteriana.

La higiene dental está unida a la alimentación.

Imagina tus dientes y encías como un equipo trabajando juntos para mantener tu salud bucal en forma. La alimentación y la higiene dental son dos componentes clave de ese equipo. Te explicamos cómo se apoyan mutuamente.

Comer bien, construye una defensa sólida, lo que viene a desempeñar un papel crucial en la salud de tus dientes y encías. Optar por alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, productos lácteos y pescado es básico. Los dientes requieren calcio, y las frutas y verduras crujientes actúan como «limpiadores naturales». Además, una dieta equilibrada favorece la producción de saliva, que actúa como un escudo protector al neutralizar los ácidos y prevenir las caries.

Por otro lado, tu rutina de higiene dental, que incluye el cepillado, el uso del hilo dental y las visitas regulares al dentista, funciona como un equipo de apoyo para tus dientes y encías. Cepillarte después de las comidas y usar hilo dental ayuda a eliminar los residuos y las bacterias que pueden dañar tus dientes. Es como un mantenimiento regular para tu boca que asegura que todo funciona sin problemas.

Tan importante como elegir bien los alimentos que consumimos es mantener rutinas, limpieza dental diaria y efectiva.

Consejos para mantener una sonrisa bonita.

Recapitulando, estos son algunos consejos relacionados con la nutrición, que te ayudarán a conservar una sonrisa sana y bonita:

  • Consume alimentos ricos en calcio: Leche, yogur, queso y alimentos fortificados con calcio son esenciales para mantener los dientes fuertes. Además de reforzar el esmalte dental, fortalece la estructura ósea maxilofacial que sustenta la dentadura.
  • Come frutas y verduras crujientes: Las manzanas y zanahorias crudas eliminan los restos, comida y de placa de la superficie de los dientes.
  • Limita los alimentos y bebidas azucaradas: No significa que los elimines por completo, si no quieres, pero sé responsable en su consumo.
  • Toma té verde: El té verde contiene catequinas que ayudan a combatir las bacterias en la boca y reducir el riesgo de caries.
  • Incorpora alimentos ricos en antioxidantes: Los antioxidantes presentes en alimentos como el té verde y hortalizas como el tomate refuerzan el sistema inmunitario, también de tu boca.
  • Bebe agua: El agua es esencial para mantener una boca saludable. Ayuda a eliminar los restos de comida y a mantener un nivel óptimo de salivación.
  • Evita el consumo excesivo de café y vino tinto: Estas bebidas manchan los dientes y dañan el esmalte.
  • Mantén una buena higiene bucal: No olvides que aunque cuides tu alimentación, la higiene dental diaria es una medida que nunca deberás descuidar.

Recuerda que la alimentación está en la base de la salud en general, y también de nuestra salud bucodental.