Hablar de calidad de vida, en muchas ocasiones, significa hablar de dinero. O al menos así lo relacionamos la mayoría de los españoles y españolas en los tiempos que nos rodean. Desde luego, es cierto que, con más dinero, se tiene acceso a una calidad de vida mayor: una vivienda más grande, posibilidades para obtener mejores alimentos, la no presencia de agobios económicos que nos puedan estresar y provocar depresiones… Pero lo cierto es que el dinero no lo es todo y que la calidad de vida, en muchas ocasiones, también depende de las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida.
Vamos a proceder a explicaros el porqué de nuestro comentario anterior y lo vamos a hacer con un ejemplo que vamos a usar a lo largo de todo este artículo: la salud dental. Esa salud no depende única y exclusivamente del dinero. Depende de los hábitos y las costumbres que vayamos adquiriendo con el paso de los años. Si una persona, desde que es pequeña, se ha acostumbrado a cuidar de su boca, no va a tener problemas dentales. Sin embargo, en el caso contrario, es obvio que los dolores molares son una mera cuestión de tiempo. Decimos que no es un asunto que tenga que ver con el dinero porque… ¿cuánto cuesta un cepillo de dientes y un dentífrico?
La salud dental y la calidad de vida, en efecto, se encuentran conectadas de una manera tremenda y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Es posible que, si disponemos de una buena salud dental, no valoremos los beneficios que eso conlleva. Pero ya os podemos asegurar que, en el caso de que esa salud falte en nuestra boca, sí que nos damos cuenta de que algo no marcha bien en nuestra vida. Y es que los múltiples dolores a los que podemos estar sometidos por la falta de higiene en nuestros dientes pueden llegar a ser insoportables.
En Europa, desde luego, no mostramos el suficiente interés por este asunto y bien nos iría si cambiáramos nuestra mentalidad. Lo decimos a tenor de lo que apunta una noticia publicada en la página web del portal especializado Infosalus, que asegura que más de la mitad de los europeos no conserva su dentadura natural completa. La verdad es que se trata de un dato que nos apena pero que deja claro que tenemos una mejora con un recorrido espectacular.
Y es que, en Europa, nuestra calidad de vida se ve comprometida a causa del poco interés que demostramos tener en aspectos como la salud dental. La web del Consejo de Dentistas apunta varios de los problemas más comunes en lo que tiene que ver con la salud dental, problemas que están a la orden del día entre los europeos y que os mencionamos a continuación:
- Mal aliento.
- Inflamación de las encías.
- Tinciones.
- Caries. Este es, como seguramente ya sepáis, el más habitual de todos.
- Cáncer oral.
- Erosión dental.
- Sensibilidad.
- Maloclusión.
- Bruxismo o, explicado en un lenguaje menos técnico, rechinamiento de nuestros dientes.
- Retención de las muelas del juicio.
Duele solo con leer los problemas que os acabamos de comentar. La verdad es que bien haríamos en empezar a cuidar de nuestra boca porque, en caso contrario, todas esas problemáticas nos van a terminar causando problemas en la vida. De hecho, no nos sorprendería en absoluto que algunos de vosotros hubierais pasado por algo parecido o que tuvierais algún familiar, amigo o compañero de trabajo que esté soportando, en los momentos que vivimos, una situación similar. Si es así, sois los primeros en saber que no es nada fácil lidiar con estos problemas.
Si una persona tiene como objetivo potenciar todo lo que tiene que ver con su calidad de vida, es indispensable que establezca qué considera como tal. Aunque, en la mayoría de ocasiones, este término va ligado al dinero, lo cierto es que hay otros apuntes que merecen ser tenidos en cuenta. Por ejemplo, ¿merece ser considerado como calidad de vida tener una buena salud dental? Le hemos hecho esta pregunta a los trabajadores de la clínica dental David Alfaro y su respuesta ha sido clara: la salud dental es uno de los pilares fundamentales para mantener una buena calidad de vida.
Es importante inculcar estos valores a los más pequeños
Es clave que, para cambiar el estado de muchas de las bocas que habitan en Europa, las generaciones adultas seamos capaces de inculcar a las jóvenes los beneficios que tiene el cuidado de nuestros dientes y la repercusión que eso tiene en lo que respecta a la calidad de vida de la población. De ese modo, podremos revertir la tendencia y empezar a ser un continente que destaque, entre otras muchas cosas, por una calidad de vida tremenda impulsada, entre otras cosas, por una muy buena salud en nuestra boca.