Desde siempre me ha encantado la moda y en especial la moda para niños, lo que más me gusta es la creatividad que desprenden las creaciones, un abanico amplio de opciones donde cabe desde lo más clásico a propuestas atrevidas.
Dice mi madre que de pequeño me encantaba probarme ropa en las tiendas, las dependientas se quedaban sorprendidas al ver que no solo no protestaba, sino que le decía a mi madre que quería “eto, eto y eto”. Lo que no pensaba es que esa pasión por la moda me llevaría en treinta años a probar suerte en el mundo de la moda con mi propia tienda
¿Cómo empieza uno?
Lo primero que hay que tener desde luego son ganas y pasión por el negocio que estás decidido a emprender. Las tiendas tienen éxito cuando tienen clientela dispuestas a comprar sus artículos y esto es bastante más fácil cuando uno piensa bien varias cosas y si te asesoran algo profesionales pues mucho mejor.
En mi caso todo empezó por una amiga de mi hermana que tiene en Vigo una tienda para ropa infantil, le habló de que a mí siempre me ha rondado la idea de montar un negocio así y le dio el nombre de Reprepol, una cadena mayorista de ropa infantil.
Me metí a ver, tenían ropa muy bonita, pero además te ayudaban a montar tu negocio, algo que facilitaba mucho las cosas, sobre todo cuando no tienes demasiada idea de por dónde empezar.
Aunque de primeras mi intención era montar mi propia tienda pese a tener que aprender de cero, al final me convenció su propuesta de montar una tienda monomarca, que funcionan como las franquicias, pero a la vez te dejan conservar tu independencia, algo que es bastante de agradecer y encima no tienes que soportar los costes de abrir una franquicia.
Entre unas ideas que ya tenía y las que me dieron, terminé de planear como sería mi tienda, después de los inevitables papeleos y demás, todo fue coser y cantar, de ahí a abrir la tienda y a llevar cuatro meses que por el momento me han dado muchas satisfacciones.
La verdad es que trabajar en lo que a uno le apasiona siempre ayuda, ya que, aunque es trabajo lo encaras de diversa manera. Encima mis niños van siempre a la última, la pequeña la veo maneras y parece que también le encanta ser ella la que se prueba las cosas hasta que le convence el modelito.
Algo que no me había dado cuenta y que ahora veo, es la cantidad de niños que se interesan por lo que se van a poner y no solo nos pre-adolescentes. Pienso que mi generación nos poníamos lo que decía mama y como mucho le decíamos que queríamos comprarnos una “Nike” y no unas “Yumas”, pero ahora los niños tienen muy clarito como quieren ir vestidos, más de lo que creemos.
Supongo que el tener más acceso a información les hace interesarse por cosas que antes ni si quiera se tenían en cuenta, los tiempos cambian para todos, incluidos los niños, que cada vez quieren ser más mayores y tienen más inquietudes.