La familia y su rol en la vida del adulto mayor

A medida que pasan los años, el ser humano va perdiendo facultades tanto físicas como mentales, que necesitan no solamente ser atendidas por los especialistas, sino por quienes conviven con esa persona de avanzada edad.

Los adultos mayores, sobre todo cuando se trata de aquellos con dependencia absoluta, requieren de atenciones que pudieran ser similares a los de los niños, pues según las patologías que presenten, puede ser un peligro mantenerlos sin supervisión. Por ello es tan importante que la familia se vea involucrada de primera mano en el acompañamiento de la persona, para así detectar si se están presentando problemas a los que hay que atender de forma más inmediata.

Muchos adultos mayores logran mantener sus facultades mentales durante muchísimo tiempo, pero hay otros que no. Así como hay muchos que a una avanzada edad siguen siendo activos físicamente. Sin embargo, que visualmente podamos verlos bien, no significa que no deban ser atendidos por los especialistas en el área. Una de las cosas prioritarias a entender es a partir de qué edad se considera una persona “adulto mayor”, ya que a lo largo de la historia ha variado motivado a los avances dentro del mundo de la medicina y de las investigaciones en personas de edad avanzada.

Para conocer esto más la importancia de la familia en la vida del adulto mayor, hemos contactado con Cuidado en casa, empresa especializada en la atención a la persona con edad avanzada que tiene como piedra angular el trabajo para mejorar la calidad de vida del adulto mayor, sobre todo en los casos en los que tengan dependencia absoluta.

La tercera edad y sus etapas

El concepto de vejez como lo hemos mencionado antes ha variado a medida que la sociedad evoluciona, teniendo esto en mente lo ideal es comprender que así como la niñez, adolescencia y vida adulta tienen fases características, las vejez también las tiene y podemos clasificarlas de la siguiente manera:

  • Senectud: Esta se refiere a los procesos físicos que se desarrollan en la vejez a partir de los 60 a los 70 años.
  • Vejez: Se plantea desde los 72 hasta los 90 años de vida.
  • Grandes ancianos: Esta va de los 90 años en adelante.

Sin embargo, decir que esta clasificación es correcta y absoluta, sería decir una gran mentira, pues el proceso de envejecimiento -aunque es universal- es diferente para cada persona, pues dependerá de múltiples factores como el estilo de vida, la alimentación, los factores sociales, etc., por lo que la tabla de edades que mencionamos por línea general es utilizada con fines estadísticos y epidemiológicos.

En la actualidad podemos ver a adultos de 70 años con mejores condiciones de salud integral que cualquier joven de 30, por lo que definir la vejez desde un punto de vista práctico y sencillo, es bastante complicado. Una de las formas en las que se puede clasificar es que la vejez comienza luego de la jubilación, sin embargo esto también pudiera ser irresponsable puesto que a los 65 o 67 años (que son las edades promedio para ella) las personas siguen conservando sus capacidades físicas, psíquicas y cognitivas, por lo que delimitar cuándo empieza la vejez es difícil.

Maneras de envejecer

Tomando en cuenta lo que conversamos en el apartado anterior, hay diferentes maneras de envejecer que dependen de factores en muchos casos, ajenos al individuo, estas son:

  • Envejecimiento patológico: Esta se presenta cuando los procesos degenerativos y las enfermedades dificultan a la persona su adaptación al entorno.
  • Envejecimiento fisiológico: En este caso, los procesos degenerativos o las enfermedades no le impiden adaptarse a su entorno, ya que estos forman parte de la evolución natural. Las personas que corren con la suerte de envejecer de esta manera positiva, se adaptan a los cambios propios de la edad y aprenden a vivir con ellos, manteniendo sus capacidades. Por ejemplo, una persona que aún teniendo una movilidad reducida siga manteniendo su independencia en la medida de lo posible. 
  • Envejecimiento óptimo: Este es el tipo de envejecimiento ideal, pues mantiene una elevada funcionalidad física, mental y social, que significa que a pesar de la edad se cuenta con una buena salud física y mental, y forma parte activa de su vida y de quienes lo acompañan. No suele haber enfermedad grave ni dependencia, pero sí el riesgo de padecerlas por la evolución del organismo según la edad.

En relación al envejecimiento óptimo -que repetimos, es el tipo de envejecimiento ideal- intervienen factores personales como la salud, nivel económico, nivel educativo, así como factores circunstanciales en los que se encuentran la familia, relaciones sociales, proximidad a los recursos, entre otros. Lamentablemente no todas las personas cuentan con la intervención de estos factores que le ayudan a envejecer de una forma digna y responsable.

Otro punto importante es que así como a los niños se les enseña a vivir y a ir quemando etapas, también se debe aprender a vivir durante la vejez, tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Siendo protagonistas de su vejez: Envejecer no significa estar postrado en cama y esperar la muerte. Por el contrario, mantener una actitud positiva ante la aventura de la vejez es primordial para que esta sea una etapa feliz, disfrutar de actividades nuevas, de conocer nuevos lugares y nuevas personas, puede hacer una gran diferencia.
  • Adaptándose a una perspectiva de tiempo distinta: Los tiempos cambian y la forma en la que se envejecía hace 50 años no es la misma de hoy en día, adaptarse a la era moderna y aprender a disfrutarla es una forma de involucrarse con los miembros más jóvenes de la familia y acercarse a ellos, llenará de energía al adulto mayor.
  • Mantener la independencia en la medida de lo posible: Siempre que se pueda y que no sea un peligro para sí mismo o para otros, mantener cierta independencia es fundamental para envejecer con gracia.
  • Teniendo una actitud positiva frente a los cambios: Los cambios siempre traen cosas buenas, aceptarlos y convivir con ellos desde una perspectiva más amable, logrará que el adulto mayor se sienta más cómodo y menos temeroso de experimentar cosas nuevas.

La familia y el adulto mayor

La familia es fundamental para que el adulto mayor se sienta bien, tanto física como emocionalmente; ya que una persona de edad avanzada cuente con el apoyo y la compañía de todos sus seres queridos obrará cambios positivos.

A lo largo de las etapas de la vejez, el adulto mayor se enfrenta a retos y pérdidas que no son sencillas de aceptar, si no se cuenta con el apoyo de sus familiares, por ello el rol de la familia es fundamental en la vida de una persona de edad avanzada, ya que puede generar beneficios como estos:

  • Tienen la percepción de que son importantes y queridos por otros, lo que es fundamental para su estado anímico.
  • Se sienten valorados por el trabajo de toda una vida, así como por sus logros familiares y personajes. La admiración de sus seres queridos es un impulso para aspirar a seguir haciendo cosas.
  • El apoyo de la familia impulsa al adulto mayor a tener anhelos, deseos, sueños y metas por cumplir, y si ya las tiene, le ayuda a conseguirlas.
  • Al sentirse valorados, intentan mejorar sus habilidades en cualquier área, lo que los ayuda a mantener sus capacidades físicas y mentales, sin importar la actividad que sea, ya que lo importante es seguir compartiendo esto con sus seres queridos.
  • Les ayudan a traer a la memoria recuerdos agradables y a buscar la manera de crear nuevos, sobre todo con los más pequeños.
  • Ayuda a que los especialistas puedan diagnosticar y plantear las rutas de acción de una forma más calmada, basándose en la confianza tanto del adulto mayor como de los miembros de su familia. Hace que todos participen en el proceso y eso beneficia la salud del paciente.

Lo primordial es darle al adulto mayor la mejor calidad de vida posible no nada más a nivel económico o de atención médica, pues si bien es cierto estas son necesarias, uno de los factores más beneficiosos para que estos se mantengan sanos y envejezcan con gracia y cómodamente es el amor y el afecto de sus seres queridos.

El amor, las actividades en familia, la comunicación desde el afecto y la comprensión, el ser tomado en cuenta a la hora de la toma de decisiones que afecten su salud o para cualquier cosa de la vida cotidiana, son las mejores medicinas para que un adulto mayor mantenga una buena disposición y una buena actitud ante los cambios producto de la vejez.

La atención del adulto mayor es mucho más que cubrir sus necesidades alimenticias, de ropa y de cuidados médicos, es trabajar activamente para que este tenga a su alcance el amor y la compañía de sus seres queridos, pues esto es lo que generará los cambios positivos o lo que le hará más fácil pasar por los momentos difíciles, pues lo importante es que la familia tome un rol protagónico en la vida del adulto mayor.