¿Quién quiere un curso de iniciación al senderismo? Tal vez muchos penséis que para elegir una ruta de 10 kilómetros y echar a caminar no os hace falta ningún tipo de curso pero ¿qué me decís si os cuento que ni hay ruta, ni plano, se hace en lugares peligrosos y son más de 100 kilómetros los que hay que recorrer? Entonces la cosa cambia, ¿verdad?
Me gusta la aventura, y mucho, pero tampoco soy gilipollas y si me planteo hacer algo arriesgado antes me aseguro de tener todos los conocimientos y herramientas necesarias para salir airosa, vivita y coleando. Siempre he querido perderme, con un par de mochilas, y vivir la aventura de sobrevivir, así que cuando me invitaron a recorrer casi 100 kilómetros por la selva tailandesa no me lo pensé dos veces y dije que sí, aunque para preparar el viaje necesitara casi un año.
Antes de nada debéis haceros cargo de la situación: no tendrás posibilidad de comunicar con nadie para pedir ayuda, más que nada porque allí la señal del móvil se queda en nada, y tampoco pretendas comunicarte con tu propio equipo si se alejan demasiado. Allí lo único que valen son los tradicionales walkie talkies, que vienen muy bien a veces, pero nada más. En la expedición a la que voy a ir nos proveerán de este modelo de walkie talkie y nos han dicho que no podemos perderlo, por nada del mundo, ya que será nuestra conexión con la expedición si nos extraviamos del grupo.
Eso significa que debes saber de dónde sacar agua, comida, donde está el norte en cada momento, cómo puedes hacer fuego y dónde, cómo debes dormir, qué debes hacer en caso de peligro, etc. Imaginad hasta dónde llega nuestra preparación que vamos a llevar una mochila, cada uno, con un equipo de escalada con líneas de vida y hemos hecho un curso de trabajos en altura con Traltur, una empresa especializada, porque nos han avisado de que hay tramos en los que tendremos que bajar y subir por zonas acantiladas o áreas demasiado empinadas.
Esto no es ninguna broma
Nos han llegado a decir que perderse en esa selva es prácticamente una muerte asegurada si no nos encuentran en menos de 48 horas. Eso ha hecho que mucha gente abandone el barco, se han lanzado por la borda sin ninguna intención de nadar para regresar a bordo, más bien se han subido a una lancha que les ha ayudado a ir en dirección contraria y a toda pastilla. Yo también tengo miedo, lo reconozco, pero ¿a quién le dan la oportunidad de vivir algo así? A muy pocas personas, así que yo no lo pienso desaprovechar. Eso sí, por si acaso le daré un fuerte abrazo a mi madre…
Este tipo de curso no es necesario hacerlo solo cuando veas que llega inminentemente una aventura de este calibre. Si te gusta el tema de la supervivencia podéis encontrar cursos y actividades organizadas por toda España. Probablemente, aunque no hubiera ido a este viaje, habría hecho este tipo de curso alguna vez en la vida. Os los recomiendo, ha sido toda una experiencia.