Un fin de semana de turismo rural, ideal para desconectar

A todos nos encanta pasar un fin de semana distinto, por ello un grupo de amigos quedamos para organizar una escapada a una casa de turismo rural, en plan familiar, con niños, perros y todo lo que se le uniera. Pensamos en qué zona visitar y al final nos decidimos por Segovia, porque era un lugar que no conocíamos, y por su naturaleza y paisaje. Solamente nos faltaba contratar el alojamiento, y  en eso todos nuestros pensamientos se unieron como por telepatía y acordamos una casa típica de la zona. Pues sí, estando en el Segovia elegimos una casa de turismo rural muy bien rehabilitada con tejados de teja y la típica decoración de esgrafiados en las fachadas.

Llegamos justo para la hora de la comida, así que todos al comedor. La comida, exquisita, con el típico cochinillo de la zona, asado en el propio horno de la casa, según nos explicó la dueña del alojamiento, así como que la lechuga y los tomates de la ensalada eran de los cultivados en su propia huerta. Y mientras los niños correteaban un poco, las mujeres decidieron subir a ver las habitaciones y los hombres nos quedamos de sobremesa, para lo cual pedimos unos whiskys, que la señora nos sirvió en unos vasos con un diseño muy original fabricados, según nos explicó, por la empresa Giona Premium Glas, que estaba ubicada en el mismo pueblo donde nos encontrábamos, en Cuéllar.

Los niños que venían estaban encantados con la idea, pues ya sabían que podrían juntarse para jugar entre ellos, correr, ir con las bicicletas, con el balón… Pero lo que fue una sorpresa y no se esperaban fue la cantidad de actividades al aire libre que tenían disponibles en esta casa y de las que podrían disfrutar como enanos.

Allí había rutas en quad, que fue lo que escogimos para la primera tarde. Todos disfrutamos muchísimo. No es complicado conducirlos, pues se parece más la conducción de un coche que a la de una moto. Los niños disfrutaron enormemente, pues a partir de siete años pueden ir de pasajeros con un adulto. También había rutas en buggies, cuya conducción es muy divertida, pues son vehículos con una suspensión muy buena y a la vez cómoda.

Al otro día nos dividimos entre las muchas actividades que ofrecía la zona. Unos nos hicimos unas rutas a caballo. Poder realizar esta excursión es una de las ventajas de estar en plena naturaleza, pueden ir niños acompañados de un monitor. Y otros se decantaron por el senderismo, una actividad especial para los amantes de la naturaleza, del deporte y del aire libre. Y en esta zona se encuentran muchas rutas catalogadas. Además, había la opción de hacer piragua y remo (al tener la casa un río cerca, se puede practicar cualquiera de estas dos actividades), así como tirolina. Esta actividad de aventura fue espectacular, pues, al estar en un bosque, el desplazamiento era entre las ramas de los árboles. Eso sí, hay que practicarlo siempre con protecciones.

Asimismo, la dueña de la casa de turismo rural nos comentó también que teníamos la Vía Verde. Son itinerarios para senderistas y ciclistas que discurren sobre antiguas vías ferroviarias. En Segovia se encuentra la vía verde del Valle del Eresma, que une Segovia (capital) con la antigua estación de Yanguas del Eresma-Carbonero el Mayor a través de la antigua línea de ferrocarril que enlazaba Segovia con Medina del Campo.

En definitiva, fue un fin de semana muy bonito y especial, todos disfrutamos y llegamos como se suele decir cansados pero contentos. Y conseguimos desconectar de la rutina del día a día.

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