Fiestas de Urbanizaciones 2020

Las últimas dos semanas de agosto suelen ser las seleccionadas por la mayor parte de las urbanizaciones de España para celebrar sus fiestas de verano. De hecho, son muy pocas las urbanizaciones que no las celebran ya que suelen servir para aunar posturas entre vecinos, conocerse mejor, pasar ratos de ocio y conseguir que los niños disfruten un poco más antes de la vuelta al cole. Pero claro, este año, todo es un poco extraño.

El Covid19 ha trastocado la vida a de todos, y en todos los sentidos, lo que ha provocado que las fiestas regionales y patronales de muchísimas localidades se hayan suspendido, incluyendo la Semana Santa, las fallas de Valencia, las hogueras de Alicante o los Sanfermines, así que obviamente las urbanizaciones no iban a ser menos. Probablemente la mayoría quedarán canceladas hasta 2021, aunque aún quedan algunas urbanizaciones que tienen pequeñas esperanzas o, por lo menos, pequeños planes para esquivar un poco esa cancelación.

El aforo en las piscinas comunitarias está limitado, así que nada de fiestas multitudinarias donde todos los vecinos disfruten alrededor de la misma. Aunque tal vez es posible que los niños monten alguna mini party siguiendo las medias de seguridad. En Mantenimiento Piscina Madrid nos han asegurado que si el nivel de cloro es el óptimo no hay riesgo de contagio en la piscina a través del agua. Aunque, aún así, nada de cenas con música por la noche en los espacios comunes, ni siquiera al aire libre, a no ser que se hagan por turnos de 15 personas y entonces eso rompería la magia.

¿Y por qué creéis que digo esto si ahora, sin Estado de Alarma, podemos reunirnos muchas más personas juntas? Pues porque aunque eso sea verdad, la realidad es que hay que mantener la distancia social y llevar mascarillas, por lo que si nos juntamos tantísimas personas cenando y sin mascarilla en los jardines de las urbanizaciones estaríamos incumpliendo ambas normas.

Debido a esto, muchas urbanizaciones están pensando en mantener ciertos eventos infantiles para los más pequeños aunque el resto no pueda llevarse a cabo.

La fiesta de disfraces

Uno de los eventos más esperados por los niños es la fiesta veraniega de disfraces de las urbanizaciones. No es que todas las urbanizaciones la incluyan en su programación festiva, pero sí la gran mayoría. Pues bien, este año no será posible, al menos no como se ha venido haciendo hasta ahora, pero hay presidentes de comunidades y juntas directivas que están valorando la posibilidad de montar una mini fiesta de disfraces con merienda infantil para los más pequeños, intentando que haya tres o cuatro vigilantes adultos nada más para no sobrepasar los límites en cuestión de aglomeraciones.

Y es que si los niños de infantil pueden volver a los centros educativos este verano y juntarse con otros niños en los parques para jugar ¿por qué no iban a poder disfrutar de una fiesta de disfraces en la urba? Lógicamente se limitaría la entrada a los niños residentes en la urbanización, lo que significa que nada de invitar a amigos ni primos a la fiesta, pero al menos podrían disfrutar de algo.

Medidas de seguridad

Para empezar, en mi urbanización se está planteando la posibilidad de que cada familia que vaya a llevar a su hijo, o hijos, a la fiesta, aporte una cantidad económica de alrededor de 20 euros por niño, tanto para comprar la merienda y decoración como para conseguir disfraces nuevos, a estrenas, para todos los pequeños. Este último punto es muy importante ya que hablaríamos entonces de prendas nuevas que no han pasado por manos de nadie que haya podido infectarlas, por lo menos en teoría. En Disfrazarte Shop hemos encontrado disfraces para niños  que rondan los 15 euros, por lo que cada niño aportaría esos 15 euros para el disfraz y los otros 5 serían para la merienda y la decoración. ¿Y sabéis qué? Me parece muy buena idea.

Otra medida de seguridad estará en la obligatoriedad de no compartir absolutamente nada. Cada niño se bajará de su vivienda un vaso (con un dibujo estampado y su nombre) para tener siempre localizada su bebida, y se avisará a todos los niños de que no pueden compartirla. Para asegurase, no habrá nada en lo que se necesite el uso de cubiertos, todo se podrá coger con las manos, y se repartirá una servilleta a cada uno durante la merienda, si necesitan más, tendrán que pedirlas a los vigilantes para que no estén todos metiendo la mano en el servilletero.

Y por supuesto, en los juegos, todos los niños mayores de 6 años llevarán mascarilla. Se va a hacer carrera de sacos, para la que se lavarán a más de 60 grados los sacos que ya teníamos guardados desde hace dos años y otros juegos en los que no tiene por qué haber demasiado contacto, tales como la diana infantil o el juego de palas.

Lo que está claro es que el peligro sigue ahí y hay que ser muy cauto en la balanza. Por un lado, como madre, no quiero que mis hijos se pasen el verano sin ocio, sin playa, sin calle y sin amigos pues, después de casi tres meses de confinamiento, sé que todo esto va a calar muy hondo en ellos. Tanto psicopedagogos como maestros y otros profesionales del sector de la educación y la psicología llevan ya tiempo alertando de los efectos psicológicos que todo esto puede tener en los niños y yo misma puedo notar ciertos cambios en su comportamiento que no me gustan un pelo. El pequeño, por ejemplo, no me suelta la mano cuando vamos por la calle cuando antes era todo lo contrario, no quería dármela porque quería andar solo, y sé que ahora lo hace porque tiene miedo.

Tenemos que comprender que los niños han estado escuchando cada día el número de muertos que había en España y se les ha dicho que no podíamos salir a la calle porque había un virus malo que podría ponernos muy enfermos así que ¿cómo podemos pretender ahora que todo vuelva a la normalidad en un abrir y cerrar de ojos con ellos? Están afectados, y lo seguirán estando, así que hay que abrir un poco la mano en su favor, por su salud principalmente.

Ahora bien, eso no significa que podamos tomarnos a la torera las medidas preventivas que se recomiendan desde el Gobierno. Es como un “toma y daca”, nos tomamos algunas licencias al tiempo que mantenemos la precaución en todos los sentidos. De hecho, quienes no mantienen esa precaución, quienes no usan mascarilla y quienes montan fiestas clandestinas pensando que no les va a pasar nada, no solo se ponen en peligro a ellos, nos ponen en peligro a todos.

Por eso, ante la posibilidad de celebrar fiestas en urbanizaciones este años, debemos decir NO, GRACIAS, pero tal vez podamos decir sí a algún evento infantil. ¿Te apuntas?

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