Deterioro cognitivo

La demencia senil es una disfunción cerebral de carácter irreversible que, por norma general se presenta a partir de los 65 años,  provocando la disminución de las capacidades cognitivas del paciente  e impidiendo el desempeño de las actividades básicas del mismo. El origen de esta enfermedad degenerativa se encuentra en la falta de riego sanguíneo en el cerebro lo que provoca un entumecimiento de las venas y arterias cerebrales.

Uno de los síntomas que  caracterizan la demencia senil es la pérdida de memoria, pero no es el único, para poder hablar de demencia, han de darse algunas condiciones:

  • Pérdida de memoria
  • Alteraciones del lenguaje
  • Falta de concentración y de atención
  • Incapacidad para razonar y resolver problemas, así como para controlar las emociones
  • Deterioro de la vista
  • Dificultad para el desarrollo de las actividades cotidianas
  • Alucinaciones, delirios…

Existen varias causas por las que se puede desarrollar la demencia senil, vamos a enumerar algunas:

  • Alzheimer
  • Parkinson
  • Daño cerebral
  • Enfermedades infecciosas como el VIH
  • La enfermedad de Hantington
  • Tumores cerebrales
  • Encefalitis bacteriana
  • Síndrome de Down
  • Parálisis supranuclear progresiva
  • Déficit de vitamina B
  • Alcoholismo
  • Consumo de ciertos medicamentos

Si tienes algún familiar que se encuentre ya en una fase avanzada de la enfermedad, lo  más recomendable es que reciba los cuidados especializados de verdaderos profesionales, como los que tenemos en Barcelona, en la clínica Benviure, la  única realmente especializada en el tratamiento para la demencia senil, que cuenta con las más modernas instalaciones, con todas las herramientas necesarias, así como un equipo multidisciplinar formado por más de 90 profesionales cualificados, entre los que se encuentran los mejores médicos y neuropsicólogos de Barcelona, para valorar de forma personalizada el tratamiento más adecuado para luchar contra el avance de la Demencia Senil, a fin de conseguir la mejor atención a los pacientes y ayuda a familiares.

Como hemos comentado, el habla es una de las habilidades que se ven mermadas cuando se padece esta enfermedad, veamos a continuación en qué consiste esta alteración

Alteraciones del lenguaje en personas con demencia

Podemos hablar de tres fases en el proceso de deterioro de la capacidad comunicativa en las personas con demencia.

En la fase inicial, la persona todavía puede hablar con normalidad, pero presenta pequeños lapsus de memoria, fácilmente observables:

  • Pregunta lo mismo varias veces
  • No recuerda acontecimientos que han sucedido hace 15 minutos como, tomar una pastilla, lavarse los dientes o salir a pasear
  • Fallos ortográficos y de lectura

En esta primera fase, la persona manifiesta una capacidad de comprensión y se defiende cuando nota que l@s demás han percibido que presenta algunas dificultades para comunicarse.

En una fase más avanzada, el deterioro comienza a ser evidente, y la persona ya tiene dificultades para comprender y para expresarse. Así observamos:

  • La persona tiene problemas para recordar la palabra que quiere emplear o para identificar un objeto (anomia)
  • Presenta dificultades para entender expresiones largas y para desarrollar acciones que precisen diferentes pasos
  • No comprende las instrucciones complejas
  • No es capaz de seguir una conversación o la trama de una película o libro. Se acentúan los problemas de lectura y escritura.

En la última fase, la fase grave, el proceso comunicativo es prácticamente inexistente, debido a que la persona ha perdido casi en su totalidad, la capacidad de hablar y comprender.

  • La persona enferma no comprende prácticamente nada de lo que le dicen ni atiende a ninguna orden
  • La capacidad de deglución también se ve afectada en esta fase, por la que la persona necesitará ayuda constante para comer

¿Qué podemos hacer para favorecer la comunicación con la persona que padece demencia senil?

La comunicación con la persona enferma es fundamental y debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que ésta siga existiendo durante la mayor parte de tiempo posible.

Para hablar con la persona enferma es necesario situarse frente a ella y un tono lento y relajado, intentar expresarse en un lenguaje sencillo, empleando frases cortas y repetir siempre que sea necesario.

Es muy importante utilizar el lenguaje corporal a la vez que el verbal y utilizar un vocabulario adaptado a las limitaciones propias de la enfermedad

Recuerda, no eleves la voz ni discutas en su presencia y, sobre todo, ten paciencia

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