Estamos casi seguros de que alguna vez has oído esa mítica frase de que la natación es el deporte más completo que hay. Y la verdad es que es cierto, de hecho, se trata de las disciplina más recomendada por los médicos. Un doctor no te va a decir que salgas a correr, ya que te harás daño en las rodillas, en la cadera, desgastarás tus articulaciones… Sin embargo con la natación no ocurre esto, es totalmente inocua para el cuerpo y no tiene más que beneficios. Yo no me lo pensaría dos veces: me buscaría una piscina pública o en caso de tener un pequeño jardín, contrataría a los especialistas Piscinas DTP para que me adaptasen una al espacio que tengo.
Y es que para nadar nunca somos mayores ni demasiado jóvenes. Cualquier edad es buena. En una piscina pública podemos encontrarnos desde bebés a los que llevan sus padres para que aprendan a nadar muy pronto hasta mayores que aprovechan este deporte para mantenerse en forma o también para recuperarse o prepararse para llevar mejor alguna lesión. Esto es porque la natación nos ayuda a fortalecer muchos músculos del cuerpo, especialmente las piernas. Por eso es tan recomendada para las lesiones de espalda, porque cuanto más fuerte tengamos el tren inferior, menos esfuerzo tendrá que hacer nuestra columna vertebral para soportar el peso de nuestro cuerpo.
Asimismo, se trata también de una buena manera de perder peso sin que nuestro cuerpo sufra, ya que el agua la que lleva el sostén del mismo, de manera que no nos lesionamos mientras lo estamos practicando. Aquí no hay posibilidad de hacerte llagas en los pies como en otros deportes o destrozarte articulaciones como el codo o las rodillas. Eso sí, como en cualquier deporte, para poder notar la quema de calorías a largo plazo es recomendable practicarlo de continuo al menos durante cuarenta minutos seguidos. Además, cuando te vayas haciendo un experto en esta disciplina sabrás que existen diferentes trucos para quemar más calorías. Por ejemplo, uno de ellos es reducir el tiempo que descansamos en el agua entre los largos o entre las series de estos. Asimismo, es conveniente también cambiar de estilo al nadar y romperle la marcha al cuerpo para que este tenga que hacer un mayor aporte energético y queme más.
Mantener este tipo de rutina de forma diaria o al menos durante tres o cuatros días a la semana nos hará también coger buen fondo físico para prepararnos para el día a día, eso sí, con un ejercicio aeróbico que no provocará un gran desgaste o dificultad para practicarlo de forma continua. Asimismo, por esta característica nuestro corazón no va a sufrir, de ahí que esté indicado a cualquier edad.
Trucos para no aburrirnos en la piscina
A veces la práctica de la natación puede resultar un poco tediosa, ya que no competimos o no se trata de un juego, como pueden ser los casos del tenis o del fútbol. Es por esto que tirarnos una hora de un lado a otro de la bañera haciendo largos nos acabe por resultar algo pesado. Así, uno de los mejores trucos para resistir durante tiempo en el agua es llevarnos música con nosotros a la piscina. Si estamos en casa nosotros mismos podemos poner la radio en el jardín, pero para las piscinas públicas o de clubes están muy bien unos pequeños aparatos que rodean la cabeza por detrás y terminan en los auriculares. Los hay sin cables y además a la vez que se enchufan por usb al ordenador ya están cargando la batería, por lo que no necesitan ni siquiera pilas.
Otra de las formas también para combatir el tedio es comprarnos una pulsera de actividad de las que se pueden meter bajo el agua y establecernos diferentes retos, bien de tiempo, de distancia o de velocidad. El hecho de tener esta motivación a la hora de nadar hará que nos cueste menos pasar un rato en el agua y que tengamos ganas de superarnos cada vez que entramos.