A veces, esta vida nos enfrenta a situaciones difíciles que nos hacen desarrollar miedos irracionales o “fobias” hacia objetos, comportamientos e incluso entornos, de forma inimaginable. Cuando aceptamos la situación y entendemos que estamos sufriendo un miedo irracional o fobia causado por una situación traumática lo primero que nos preguntamos es: ¿Cómo dejamos de tener miedo?
Pues bien, la manera más efectiva de tratar una fobia es conociéndola y analizando a fondo la causa por la que la tenemos, y es justo de lo que vamos a hablar a continuación.
¿Qué es una fobia?
Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso y persistente a objetos, situaciones, actividades e incluso a animales específicos. Las personas que sufren de fobias, experimentan un temor irracional y desproporcionado ante la presencia o la anticipación de su objeto fóbico, lo cual puede desencadenar una respuesta de ansiedad extrema que nos hará sentir palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, mareos o incluso ataques de pánico.
Las fobias se desarrollan a raíz de una experiencia traumática, pero la genética también puede influir en su desarrollo. Lo peor de las fobias sin duda, es que tienen la capacidad de parar por completo la vida de una persona, impidiéndole avanzar en la vida con normalidad o hacer tareas cotidianas como salir de casa, relacionarse o comer.
Asimismo, las fobias suelen ser diferentes en las personas conforme van creciendo. Cuando somos niños, las fobias o miedos irracionales son más simples, y atienden más a una profunda incomprensión de los hechos o situaciones, antes que a que algo sea peligroso en sí mismo. De igual forma, a medida que crecemos, estas fobias pueden intensificarse y convertirse en peligros mayores. A continuación, veremos un listado de 5 fobias más comunes en niños, adolescentes y adultos.
¿A qué le suelen temer los niños?
- Fobia a la oscuridad.
La fobia a la oscuridad es una fobia muy común en niños, y si no se trata puede seguir desarrollándose en la adultez. El hecho de no poder ver con claridad lo que sucede a su alrededor puede alimentar la imaginación de muchos niños, y hacerles sentir e incluso ver que hay monstruos y criaturas en la oscuridad esperando para asustarles.
- Fobia a los animales.
Los niños suelen tener miedo a los animales con frecuencia, dado que son seres vivos diferentes a los humanos que se comunican de otras maneras, se comportan de un modo a veces “agresivo” desde el punto de vista de un niño, y algunos presentan una altura y anchura considerables en comparación con su tamaño.
El ladrido de los perros puede causar fobia a los perros en los niños, y los insectos también pueden ser una causa de fobia si el niño tiene una experiencia negativa con ellos u observa que alguien de su alrededor la tuvo.
- Fobia a los ruidos fuertes.
Algunos niños pueden tener miedo a ruidos fuertes, como truenos, fuegos artificiales o aparatos eléctricos escandalosos (como la aspiradora). El hecho de que un niño esté atento a mil cosas a la vez, puede abrumar su mente, y más aun si hay un ruido que le asusta y que es inexplicable para él.
- Fobia a los médicos o dentistas.
Los niños pueden desarrollar miedo a las visitas al médico o al dentista debido a las experiencias pasadas de dolor, incomodidad o a la percepción de estos lugares como un peligro. De hecho, en la mayoría de dibujos animados se retratan a los dentistas como algo malo, lo cual también puede influir en la mente del niño.
- Fobia a estar separado de los padres.
Por último, la conocida como ansiedad de separación se manifiesta en niños que experimentan ansiedad intensa cuando se separan de sus padres, especialmente en situaciones nuevas o desconocidas (como ir al colegio o a clases particulares). De esta forma, el niño se siente seguro con sus padres y teme estar en peligro si estos no están.
¿Y los adolescentes?
- Fobia escolar.
Por desgracia, la fobia escolar es la más común en los adolescentes, y está intrínsecamente ligada al miedo de sufrir acoso escolar o “bullying”. Se caracteriza por un miedo intenso e irracional a ir al colegio o al instituto, el cual puede manifestarse en forma de dolores de cabeza o de estómago, angustia emocional, ansiedad, irritabilidad, rechazo por ir al instituto y problemas de sueño. Si el adolescente no puede adaptarse ni relacionarse, se sentirá solo y vulnerable, y en algunos casos por desgracia acabará siendo víctima de acoso escolar.
- Fobia a los payasos.
La fobia a los payasos es un tipo concreto de fobia que puede afectar a algunos adolescentes (y adultos); se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado hacia los payasos, ya sea en persona, en películas, en espectáculos del circo o en otros contextos. Aquellos que sufren de esta fobia pueden sentir ansiedad extrema, taquicardia, sudoración, temblores e incluso ataques de pánico cuando se enfrentan a imágenes o situaciones que involucran a los payasos.
- Fobia a los desastres naturales.
Dado que la adolescencia es una época en la que aumenta la conciencia del mundo y de los peligros, algunos adolescentes pueden desarrollar fobias relacionadas con desastres naturales como terremotos, huracanes o tsunamis, temiendo el peligro o la pérdida de seres queridos.
- Fobia a la enfermedad o la muerte.
Los adolescentes pueden experimentar un miedo intenso a enfermarse o morir, ya sea por su propia salud o por la de sus seres queridos. Este tipo de fobia suele empeorar durante pandemias u otras crisis de salud pública, y es más intensa en los adolescentes debido a la gran sensación de vulnerabilidad e inseguridad que sienten a lo largo de esta etapa de su vida.
- Fobia al aspecto físico o a la apariencia.
Por último, los adolescentes se enfrentan a una de las fobias más peligrosas que pueden sufrir; el miedo a no tener un cierto aspecto físico o a no ser suficientemente delgado o atractivo. Para evitar que otros juzguen de forma negativa su físico, ellos serán quienes lo hagan primero, criticando su postura corporal, la estatura, el acné, la forma del cuerpo, su peso o cualquier otra característica física percibida como defectuosa. Esta fobia es muy peligrosa y debe tratarse adecuadamente, ya que puede desencadenar problemas graves de salud mental como la anorexia o la bulimia.
Fobias que nos atormentan durante la adultez.
- Fobia social.
También conocida como trastorno de ansiedad social, el cual implica un miedo persistente a situaciones sociales o de rendimiento en las que el individuo pueda sentirse juzgado, humillado o avergonzado. Puede incluir miedo a hablar en público, conocer gente nueva, participar en reuniones sociales o comer en público.
- Agorafobia.
La agorafobia ocurre cuando la persona siente un miedo intenso a situaciones o lugares en los cuales escapar podría ser difícil huir en caso de sufrir una crisis de ansiedad o pánico. Las personas con agorafobia a menudo evitan lugares abiertos o muy concurridos, como los supermercados, ya que sienten como si vivieran una verdadera pesadilla al acudir a estos lugares.
- Claustrofobia.
Al contrario de la agorafobia, la claustrofobia es una fobia que abarca el miedo a quedar encerrado en espacios pequeños, como ascensores, habitaciones sin ventanas, túneles, garajes, etc. Digamos que, el principio es el mismo; la persona que lo sufre necesita escapar y no puede, solo que en la agorafobia la persona se siente atrapada en un espacio abierto, y en la claustrofobia ocurre en un espacio cerrado.
- Fobia a los procedimientos médicos.
Algunas personas pueden desarrollar un miedo intenso a procedimientos médicos que podrían ser tachados de dolorosos, como inyecciones, extracciones de sangre, u operaciones de cirugía. Lo peor de esta fobia es que quien la sufre evita cualquier procedimiento médico incluso si se encuentra mal, lo que podría hacer que dicha persona enferme de mala manera sin posibilidad de ser tratada.
- Fobia a la soledad.
Por último, algunos adultos pueden experimentar un miedo intenso a estar solos, lo que los lleva a buscar constantemente la compañía de otros o experimentar ansiedad o pánico cuando piensan en situaciones en las que estarían solos.
¿Cómo se trata una fobia?
Existen muchas formas de tratar las fobias, ya que cada fobia es diferente y necesita un enfoque personalizado para cada persona. Algunas de las terapias que se usan son:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC).
Esta terapia implica trabajar con un terapeuta para identificar pensamientos irracionales y comportamientos asociados con la fobia, y luego aprender estrategias para reemplazar esos pensamientos negativos por pensamientos más realistas y adaptativos.
- Terapia de exposición.
La terapia de exposición implica exponer gradualmente a la persona a la fuente de su fobia en un entorno controlado y seguro. Este proceso ayuda a la persona a aprender que sus temores son irracionales, y que pueden enfrentar la situación sin experimentar el peligro temido. La exposición puede realizarse de manera gradual, comenzando con situaciones menos amenazantes y avanzando hacia situaciones más desafiantes a medida que la persona se siente más cómoda.
- Técnicas de relajación.
Aprender técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación, la visualización o el yoga, puede ayudar a reducir la ansiedad asociada con la fobia. Estas técnicas pueden enseñarse como parte de la terapia cognitivo-conductual o como una herramienta complementaria para ayudar a controlar la ansiedad en momentos de estrés.
Por otro lado, además de este tipo de terapias nos encontramos con la terapia a domicilio, la cual puede incluir los mismos enfoques que hemos mencionado anteriormente, pero tratados en la casa de la persona, en lugar de en un centro. Como bien saben los expertos de Centro Psicoterapéutico del Sur, la terapia a domicilio es necesaria en ciertas circunstancias en las que la persona no puede asistir a un consultorio terapéutico debido a limitaciones físicas, de movilidad, de salud mental o situacionales.