Los especialistas en salud mental
hablan de un aumento de personas adictas al sexo en los últimos años. Muchas personas recurren a él como una droga que les da placer de forma inmediata, ya que la mayoría de estas personas consumen pornografía o consumen otras sustancias tóxicas como el alcohol o la cocaína.
Esta adicción es también conocida como trastorno hipersexual, se considera una patología que involucra conductas sexuales excesivas, con un componente de impulsividad y pérdida experimentada del control.
«Estas personas sienten un deseo sexual tan compulsivo y tan constante que les llevará a buscar de forma continua y obsesiva diferentes encuentros o estimulaciones sexuales del tipo que sea con otras personas o con uno mismo que pueden llegar a interferir en su vida cotidiana», explica Silvia Sanz, psicóloga y terapeuta sexual.
Las personas con esta adicción también tienen sentimientos de culpa, angustia o vergüenza. Los expertos consideran que estas personas tienen esos comportamientos obsesivos para tapar o cubrir síntomas de ansiedad, depresión, estrés post traumático, problemas de autoestima o cualquier otra circunstancia que no quieran o no sepan aceptar.
«No solo no abordan de la forma correcta lo que les pasa sino que además se excusan diciendo que para ellos es una necesidad, como si esa fuera la mejor manera de llenar un vacío, tapar un problema o calmar lo que les hace daño por dentro o lo que no pueden o no quieren abordar», afirma la psicóloga.
Algunas parejas deciden tener una frecuencia sexual elevada, pero el problema surge cuando uno de ellos quiere sexo con mucha más frecuencia de lo habitual o necesita una estimulación cada vez más intensa.
Incluso, estos adictos dejan de lado sus responsabilidades familiares o laborales a causa de su obsesión por el sexo. Los profesionales de HAYA PSICOLOGÍA explican que es necesario el asesoramiento psicológico cuando se sobrepasan ciertos límites, si la persona sitúa el sexo por encima de todo o hace ver que nada parece suficiente.
Los varones con adicción al sexo poseen niveles muy altos de deseo sexual y se sienten atraídos por el exhibicionismo y el voyeurismo. Es frecuente que en periodos de estrés, depresión o disforia, su trastorno se haga más exagerado.
Los profesionales de Top Doctors informan que los pacientes tienen «pensamientos recurrentes sobre el sexo a lo largo del día o de la semana». Algunos síntomas del trastorno hipersexual son: contactos sexuales frecuentes, masturbación compulsiva, problemas judiciales relacionados con la conducta sexual, búsqueda de nuevos contactos sexuales para huir del aburrimiento o para reducir la ansiedad, participación en actividades sexuales…
Numerosos estudios han comprobado que esta adicción suele presentarse asociada a otras patologías, como los trastornos de personalidad, la depresión, el abuso de sustancias, etc.
Las personas piden ayuda porque la adicción les genera grandes dificultades en la vida diaria, como las rupturas de familias y parejas afectivas, de disfunción conyugal y divorcios, el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Los especialistas en salud mental explican que las conductas sexuales compulsivas se pueden tratar y la población debe saber que esa adicción tiene solución.
Para tratar la adicción al sexo se recurre a la terapia cognitivo conductual y a veces requiere un abordaje interdisciplinario. También son importantes las técnicas de control de los impulsos y las estrategias psicológicas para aprender a introducir una toma de decisión ante este tipo de situaciones.
En la terapia sexual se orienta a la persona para que intente tener consciencia plena en sus encuentros.
¿Qué es la oxitocina?
Un nuevo estudio ha comprobado que una posible causa biológica de esta adicción es la oxitocina, es decir, la hormona del parto y del amor. Es una hormona producida por el hipotálamo y por la glándula pituitaria.
«Descubrimos que los hombres adictos al sexo tenían niveles más altos en comparación con los sanos», afirma Andreas Chatzittofis, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nicosia (Chipre) y de la Universidad de Umeå (Suecia).
“La terapia conductual cognitiva condujo a una reducción tanto del comportamiento hipersexual como de los niveles de oxitocina”, agrega.
Los autores del estudio analizaron las muestras de sangre de 64 hombres con este trastorno y 38 sanos. Encontraron que los adictos tenían niveles más altos de oxitocina en la sangre.
Treinta hombres con este trastorno optaron por un programa de terapia conductual cognitiva y los investigadores vieron una reducción significativa de oxitocina después del tratamiento.
“La oxitocina juega un papel importante en la adicción al sexo y puede ser un posible objetivo farmacológico para futuros tratamientos”, informan los investigadores.