Emilio siempre había sido un buen chico, educable, trabajador en el cole y muy amable con todos sus compañeros y compañeras. Pero la llegada de la adolescencia, con toda su locura hormonal, no fue, en principio fácil para él. Su rápido desarrollo, antes que la mayoría, favoreció que desde bien joven, tuviera novias más mayores que él, de las que se enamoró perdidamente, y finalmente, acabaron por romper su inexperto corazoncito. Lo que él no podría saber es que en el éxito laboral es donde encontraría la salida a todos sus males...