Aprende a superar las dificultades con la resiliencia

Vivimos en un mundo rápido en el que la mayor parte del día estamos trabajando a un ritmo frenético. Vivir de esta manera nos genera mucho estrés y mucha ansiedad, y en muchas ocasiones este estilo de vida nos bloquea a la hora de tomar decisiones. También nos afecta cómo nos tomamos las cosas, ya que la exigencia que se exige no deja lugar para el fallo, y cuando se realiza nosotros mismos nos castigamos psicológicamente.

Hay veces en el que el verdugo que juzga nuestros errores somos nosotros mismos, y esto ocurre porque no nos han enseñado a mantener un diálogo positivo con nosotros mismos. El juzgarse y castigarse uno mismo solo genera dolor y sufrimiento, lo que hace que se tenga una visión infeliz de la vida.

Actualmente se está poniendo muy de moda el concepto de la resiliencia, que se define como la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a las situaciones adversas. Actualmente, se entiende la resiliencia como un proceso comunitario y cultural que responde a tres modelos que la explican, el modelo compensatorio, de protección y de desafío.

Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.

Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, a prolongadas enfermedades temporales, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas.

Cómo se puede ser más resiliente

La resiliencia no es una cualidad innata, no es algo que se tiene por el simple hecho de nacer, aunque según algunos expertos si que puede haber una tendencia genética a ser resiliente. La resiliencia es algo que se desarrolla y aprende a lo largo de la vida. Y durante las diferentes etapas del aprendizaje pueden haber un mayor desarrollo si las fuentes de estímulo de alrededor tienen hábitos resiliente. Aunque hay personas que aprenden a ser resilientes por si mismos, sobre todo cuando se encuentran ante situaciones límites, en las que aceptar es la única manera de conseguir la felicidad.

Para ser resiliente se debe de practicar unos hábitos, las personas resilientes son conscientes de sus potencialidades y limitaciones, esta es una herramienta muy poderosa para enfrentarse a las dificultades. También son creativas, porque la creatividad ayuda a buscar soluciones con lo que se tiene. Las personas resilientes aceptan los cambios, y no intentan controlar las situaciones porque tienen confianza en si mismas pasa resolver las situaciones que se pongan por delante. Es decir, asumen las dificultades como una oportunidad para aprender y desarrollarse como seres humanos, y no como máquinas que se desconectan ante lo que no sale bien.

Cómo la resiliencia me ayudó a perder peso

Hace unos años vivía en una vorágine de castigo psicológico debido al estrés laboral. Mi trabajo era tan estresante que me hacía ver en la comida un alivio, y cada vez comía más. Hasta que en un momento me encontré con obesidad, y no reconocía a la persona del espejo. Esto me generó una depresión en la que me culpaba de todo pero no ponía soluciones para cambiar la situación.

Pero gracias a mis familiares y amigos empecé ir a un psicoanalista, que me ayudó a recuperarme y a ser una persona resiliente. Gracias a mi diálogo positivo interior, y al método de adelgazamiento de la clínica de medicina y cirugía estética Artestética, conseguí perder peso. Y ahora soy una persona muy feliz con el mundo, con las personas y con la vida.

Para finalizar diré que no nos enseñan en la escuela a tener unos hábitos resilientes, pero con la práctica se puede conseguir muchos avances. El resultado del esfuerzo será convertir tu vida, para lograr unos hábitos que te permitan afrontar cualquier tipo de dificultad con una sonrisa en la cara.